Domingo 28 de agosto | Lección 10
PAN PARTIDO Y VINO DERRAMADO
Oswald Chambers ha dicho que debemos convertirnos en “pan partido y vino derramado” para los demás. ¿Qué crees que quiso decir con esto?
De principio a fin, en la Biblia hay ejemplos de personas que fueron “partidas” para servir a los demás. Moisés fue llamado a soportar olas interminables de chismes y críticas al conducir al pueblo a la Tierra Prometida. José fue llamado a una experiencia que implicó traición y cárcel cuando ocupaba un puesto de servicio en Egipto. En cada caso, Dios permitió las situaciones para que la vida de su pueblo pudiera llegar a ser un teatro de su gracia y cuidado, no solo para sí, sino también para el bien de los demás. Dios puede usarnos de la misma manera. Es fácil sentirse enojado o herido en esas situaciones. Pero, como señalamos ayer, la mansedumbre es la capacidad que Dios nos da para soportar esas cosas “con paciencia y sin resentimiento”.
Lee Ezequiel 24:15 al 27. ¿Qué estaba pasando aquí? ¿Por qué pasó Ezequiel por este crisol?
Eze 24:15 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
Eze 24:16 Hijo de hombre, he aquí que yo te quito de golpe el deleite de tus ojos; no endeches, ni llores, ni corran tus lágrimas.
Eze 24:17 Reprime el suspirar, no hagas luto de mortuorios; ata tu turbante sobre ti, y pon tus zapatos en tus pies, y no te cubras con rebozo, ni comas pan de enlutados.
Eze 24:18 Hablé al pueblo por la mañana, y a la tarde murió mi mujer; y a la mañana hice como me fue mandado.
Eze 24:19 Y me dijo el pueblo: ¿No nos enseñarás qué significan para nosotros estas cosas que haces?
Eze 24:20 Y yo les dije: La palabra de Jehová vino a mí, diciendo:
Eze 24:21 Dí a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo profano mi santuario, la gloria de vuestro poderío, el deseo de vuestros ojos y el deleite de vuestra alma; y vuestros hijos y vuestras hijas que dejasteis caerán a espada.
Eze 24:22 Y haréis de la manera que yo hice; no os cubriréis con rebozo, ni comeréis pan de hombres en luto.
Eze 24:23 Vuestros turbantes estarán sobre vuestras cabezas, y vuestros zapatos en vuestros pies; no endecharéis ni lloraréis, sino que os consumiréis a causa de vuestras maldades, y gemiréis unos con otros.
Eze 24:24 Ezequiel, pues, os será por señal; según todas las cosas que él hizo, haréis; cuando esto ocurra, entonces sabréis que yo soy Jehová el Señor.
Eze 24:25 Y tú, hijo de hombre, el día que yo arrebate a ellos su fortaleza, el gozo de su gloria, el deleite de sus ojos y el anhelo de sus almas, y también sus hijos y sus hijas,
Eze 24:26 ese día vendrá a ti uno que haya escapado para traer las noticias.
Eze 24:27 En aquel día se abrirá tu boca para hablar con el fugitivo, y hablarás, y no estarás más mudo; y les serás por señal, y sabrán que yo soy Jehová.
En Ezequiel 24:24, Dios dice: “Ezequiel, pues, os será por señal; según todas las cosas que él hizo, haréis; cuando esto ocurra, entonces sabréis que yo soy Jehová el Señor”. Mediante el ejemplo de Ezequiel, el pueblo de Israel llegaría a convencerse de la verdad acerca de quién era Dios, Jehová el Señor, y verían esta verdad al experimentar el cumplimiento de la profecía que la vida de Ezequiel simbolizaba y el sufrimiento que enfrentó. ¿Quién sabe cuántas personas también verán a “Jehová el Señor” en nuestros pedazos rotos?
Tarde o temprano, la vida misma nos quebranta a todos. ¿Cuál ha sido tu experiencia en este sentido? ¿Qué lecciones aprendiste? ¿Cómo puede el Señor usar tu alma hecha pedazos para ayudar a otros?

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