Lección 6 / Martes 1 de noviembre
"CONSUMADO ES"
Lee Juan 19:1 al 30. ¿Cuál es el mensaje fundamental para nosotros en la declaración de Jesús: "Consumado es"?
Jua 19:1 Así que, entonces tomó Pilato a Jesús, y le azotó.
Jua 19:2 Y los soldados entretejieron una corona de espinas, y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron con un manto de púrpura;
Jua 19:3 y le decían: ¡Salve, Rey de los judíos! y le daban de bofetadas.
Jua 19:4 Entonces Pilato salió otra vez, y les dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún delito hallo en él.
Jua 19:5 Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre!
Jua 19:6 Cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: ¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en él.
Jua 19:7 Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios.
Jua 19:8 Cuando Pilato oyó decir esto, tuvo más miedo.
Jua 19:9 Y entró otra vez en el pretorio, y dijo a Jesús: ¿De dónde eres tú? Mas Jesús no le dio respuesta.
Jua 19:10 Entonces le dijo Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte?
Jua 19:11 Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.
Jua 19:12 Desde entonces procuraba Pilato soltarle; pero los judíos daban voces, diciendo: Si a éste sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone.
Jua 19:13 Entonces Pilato, oyendo esto, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar llamado el Enlosado, y en hebreo Gabata.
Jua 19:14 Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro Rey!
Jua 19:15 Pero ellos gritaron: ¡Fuera, fuera, crucifícale! Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César.
Jua 19:16 Así que entonces lo entregó a ellos para que fuese crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y le llevaron.
Crucifixión y muerte de Jesús
(Mt. 27.32-50; Mr. 15.21-37; Lc. 23.26-49)
Jua 19:17 Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota;
Jua 19:18 y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio.
Jua 19:19 Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS.
Jua 19:20 Y muchos de los judíos leyeron este título; porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín.
Jua 19:21 Dijeron a Pilato los principales sacerdotes de los judíos: No escribas: Rey de los judíos; sino, que él dijo: Soy Rey de los judíos.
Jua 19:22 Respondió Pilato: Lo que he escrito, he escrito.
Jua 19:23 Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos, e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo.
Jua 19:24 Entonces dijeron entre sí: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será. Esto fue para que se cumpliese la Escritura, que dice:
Repartieron entre sí mis vestidos,
Y sobre mi ropa echaron suertes.
Y así lo hicieron los soldados.
Jua 19:25 Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena.
Jua 19:26 Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo.
Jua 19:27 Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.
Jua 19:28 Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese:(B) Tengo sed.
Jua 19:29 Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca.
Jua 19:30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.
Finalmente, habían llegado los momentos decisivos para Cristo, para la humanidad y para todo el Universo. Con profunda agonía, él luchó contra los poderes de las tinieblas. Lentamente atravesó el huerto de Getsemaní, se abrió paso através de los juicios injustos y subió al monte del Calvario. Los ángeles malos intentaron vencerlo. Mientras Jesús pendía de la cruz, los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos se burlaban de él diciendo: "A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él" (Mat. 27:42).
¿Podría Cristo haber bajado de la cruz y salvarse a sí mismo? Sí, hubiese podido, pero no quiso hacerlo. Su amor incondicional por toda la humanidad, incluyendo a los burladores, no le permitió rendirse. En realidad, "los escarnecedores estaban entre aquellos por quienes él moría para salvar; y no podía bajar de la cruz y salvarse a sí mismo, porque no eran los clavos los que lo sujetaban, sino su voluntad para salvarlos" (A. Plummer, An Exegetical Commentary on the Cospel According to S. Matthew, p. 397).
Con su sufrimiento, Cristo derrotó el reino de Satanás, aunque fue Satanás quien instigó los acontecimientos que lo llevaron a la Cruz, incluyendo la traición de Judas (Juan 6:70; 13:2, 27). "En cierto modo, de una manera que el evangelista no pretende describir, la muerte de Jesús es tanto un acto de Satanás como un acto en el que Jesús gana la victoria sobre Satanás" (G. E. Ladd, A Theology of the New Testament, pp. 192).
Al exclamar desde la cruz "Consumado es" (Juan 19:30), Cristo dio a entender no solo que su agonía había llegado a su fin, sino especialmente que había ganado el gran conflicto histórico-cósmico contra Satanás y sus fuerzas del mal. "Todo el cielo se asoció al triunfo del Salvador. Satanás estaba derrotado, y sabía que había perdido su reino" (DTG 706).
Es difícil captar este asombroso contraste: En la absoluta humillación del Hijo de Dios, él había ganado, para nosotros y para el Universo, la victoria más grande y gloriosa.
■ Piensa en lo grave que debe ser el pecado, ya que requirió la muerte de Cristo para expiarlo. ¿Qué debería enseñarnos esta verdad acerca de cuán inútiles son nuestras obras para obtener méritos ante Dios? A fin de cuentas, ¿qué podemos agregar a lo que Cristo ya ha hecho por nosotros? Lleva tu respuesta a la clase el sábado.
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