10 EL FUEGO DEL INFIERNO
RESEÑA
Textos clave: Isaías 66:23, 24; Daniel12:2.
El destino eterno de los justos y el de los malvados se describen en marcado contraste entre sí. El primer grupo recibe la vida eterna, y el otro grupo experimentará el doloroso juicio divino de condenación y será totalmente aniquilado.
La gran mentira del castigo eterno y del sufrimiento perpetuo de los impíos en el infierno se construye sobre el engaño satánico expresado en el jardín del Edén: "Ciertamente no moriréis" (Gén. 3:4, LBLA).
La mentira de Satanás sugiere la enseñanza no bíblica de la inmortalidad del alma. Sobre la base de la primera mentira de que la desobediencia no traerá la muerte, se construye como otro engaño: cuando mueres, es solo tu cuerpo el que está muerto, no tu espíritu. Por lo tanto, si el pecador tiene un alma inmortal o un espíritu que no puede morir, recibirá el castigo eterno de Dios en un tortuoso fuego infernal. Esta visión horrendamente negativa presenta a Dios como un monstruo y un tirano.
Otra construcción inventada y muy popular engaña a la gente al darle la falsa esperanza de pasar por un proceso de purificación y mejora después de su muerte, que culmina con su rescate y la concesión de la vida eterna en el paraíso. Esta mentira elimina la responsabilidad por la acción personal en esta vida.
COMENTARIO
Varias posturas sobre el castigo en el infierno
Tres posturas con respecto al fuego eterno del infierno compiten en el cristianismo:
1. Visión tradicionalista: El infierno que atormenta eternamente y sin cesar. El infierno existe como un lugar real en alguna esfera del inframundo, donde el fuego real atormenta a las almas inmortales para siempre. Según este enfoque, el sufrimiento consciente de los malvados llega justo después de la muerte y dura toda la eternidad.
2. Visión condicionalista, o aniquilacionista: El lago de fuego consume de forma irreversible y total a los impíos, a los ángeles maros y al diablo en el juicio Final. Los seres humanos no son inherentemente inmortales y no poseen un alma inmortal. Como pecadores, están condenados a la muerte eterna a menos que acepten a Jesucristo como su Salvador personal. La inmortalidad está condicionada a recibir la gracia de Dios y a ejercer fe en Jesús (Juan 3:16; 5:24; Rom. 3:21-31; Efe. 2:1-10). El infierno no es un lugar adónde van las almas o los espíritus inicuos inmediatamente después de la muerte, sino que se entiende como un "lago de fuego" en el que los inicuos serán totalmente consumidos al final de la historia humana (Mal. 4:1; Mat. 25:41; 2 Tes. 1:6-10; Apoc. 20:9, 10, 14, 15). Este fuego, preparado para el diablo y los ángeles caídos, los aniquilará, junto con los malvados, en el Juicio Final, o ejecutivo. Los efectos del fuego son definitivos. Nadie puede apagar las llamas mientras hace su trabajo. El fuego tiene resultados eternos y cumplirá su propósito: la destrucción del mal, el pecado, la muerte, los ángeles malvados y rebeldes, y del mismo Satanás. El resultado se describe como "la muerte segunda", de la que no hay redención ni escape; la segunda muerte es la erradicación total del mal.
3. Visión restauracionista, o universalista: El fuego del infierno finalmente purifica y salva a todos. Los universalistas afirman que todas las personas finalmente se salvarán, incluidos los malvados, los ángeles malignos y Satanás, porque el fuego del infierno los purificará. Este razonamiento se basa en el reconocimiento de que, después de la muerte, el alma inmortal de los malvados no puede ir inmediatamente al cielo, sino que sufrirá en el fuego del juicio de Dios. Este fuego los limpiará gradualmente y luego, en algún momento futuro (el momento preciso dependerá de la respuesta de la persona a este proceso de purificación), finalmente todos se salvarán.
Para una evaluación de estas tres visiones diferentes, ver Jifí Moskala, "The Current Theological Debate Concerning Eternal Punishment in Hell and the lmmortality of the Soul", Andrews University Seminary Studies, t.53. N° 1 (2015). pp. 91-125.
Expresiones problemáticas
Hay algunas expresiones bíblicas difíciles relacionadas con la doctrina del infierno que requieren explicación porque su significado a menudo se saca de contexto:
1. Los gusanos no morirán (lsa. 66:24).
¿Cómo debemos entender la frase bíblica: "No morirá el gusano [hebreo: tole'á] que los devora [a los impíos muertos]" (NVI)? En el contexto de Isaías 65 y 66, los impíos son aquellos que no sirven al Señor y que se rebelaron contra él (lsa. 66:3), y quienes, finalmente, "morirán a manos del Señor" (lsa. 66:16, NVI). En primer lugar, la descripción es física. A estos impíos se los puede ver, y tienen cuerpos físicos. Los gusanos no se alimentan de las almas o los espíritus inmateriales de los difuntos. En segundo lugar, en ninguna parte el texto bíblico presupone que estos gusanos estén dotados de inmortalidad. Los gusanos no reciben el don de la vida eterna; no se realiza en ellos ningún milagro divino. En tercer lugar, esta imagen de gusanos que se comen los cadáveres de los impíos es una metáfora del mismo tipo que la imagen del fuego que no se apagará.
2. "Ni su fuego se apagará" (lsa. 66:24).
"Y saldrán, y verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará, y serán abominables a todo hombre" (ver también Isa. 66:15, 17). Apagar un fuego es extinguirlo, evitar que arda o detenerlo antes de que cumpla su cometido. Así, por extensión, un fuego que "no se apagará" (DHH) significa que el fuego no se ha extinguido porque no hay ningún poder para impedir que logre lo que el fuego logra naturalmente: la destrucción total. No hay nada que ofrezca resistencia al fuego. Por lo tanto, el significado de las imágenes es transparente: Estos muertos no tienen ninguna posibilidad de volver a la vida. El juicio sobre estos impíos es final, y significa que el juicio divino de destrucción no se detendrá hasta que se haya alcanzado una consumación completa. No hay escape de esta muerte final. Nadie puede rescatar a los malvados de este horrible final. No es posible la reversión. El Juicio es definitivo, y la destrucción es completa. No se interrumpirá hasta que perezcan los cuerpos; por ende, el destino final de los impíos es irrevocable y permanente.
Barry Webb afirma sobre Isaías 66:24: "Así las cosas, parece representar la aniquilación y no el tormento eterno. Los cuerpos están muertos" (The Message of lsaiah: On Eagles' Wings [Downers Grove, IL: fnter-Varsity Press, 1996], p. 251).
El profeta Isaías explica la destrucción final y total de Edom, y la describe en los términos consabidos de un fuego que consumirá a E do m. El fuego quema noche y día; "no se apagará"; "perpetuamente subirá su humo"; y así se convertirá en "brea ardiente" (Isa. 34:9, 10). Esta imagen luego es adoptada y aplicada claramente en Apocalipsis 14:10 y 11 y 20:10, en pasajes que están llenos de simbolismo. El lenguaje es metafórico, y comprende la sentencia divina de destrucción irreversible y total. Del mismo modo, Ezequiel declara: "Así ha dicho jehová el Señor: He aquí que yo enciendo en ti fuego, el cual consumirá en ti todo árbol verde y todo árbol seco; no se apagará la llama del fuego; y serán quemados en ella todos los rostros, desde el sur hasta el norte. Y verá toda carne que yo Jehová lo encendí; no se apagará" (Eze. 20:47, 48 [énfasis añadido]; ver Jer. 7:20).
Ralph Bowles concluye así su interpretación de Apocalipsis 14:11: "La lectura tradicional de los elementos de este versículo pasa por alto el paralelismo invertido de la unidad de Apocalipsis 14:9 al 11. Cuando se discierne el guiasmo, se ve que el significado del texto no confirma el 'tormento eterno'. Al contrario, este texto encaja bien en la interpretación de la inmortalidad condicional. Esta visión sostiene que Dios, final y plenamente, llevará a juicio a sus enemigos, con destrucción y extinción absolutas como resultado" (Ralph G. Bowles, "Does Revelation 14:11 Teach Eternal Torment? Examining a Proof-text on Hell", Evangelical Quarterly 73, N° 1 [enero 2001], p. 36).
El fuego entendido como juicio de Dios implica que el efecto de ese fuego es eterno, y que para el mal no hay punto de retorno. El destino del mal estará bajo el control de Dios por toda la Eternidad, nunca surgirá por segunda vez; estará eternamente en jaque mate y ya no existirá. Su aniquilación es total. Dios no mantendrá milagrosamente un fuego eterno ni sostendrá de ninguna manera a los impíos, a los ángeles caídos ni al diablo para castigarlos perpetuamente de forma eterna y especial. Este engaño es un enfoque muy especulativo de la enseñanza bíblica sobre la ejecución del Juicio divino. Así como había plena armonía en el cielo antes de la rebelión de Lucifer contra Dios, así nuevamente habrá plena armonía cuando el mal en todas sus formas sea destruido.
3. Eterno, para siempre
La palabra "para siempre", o "eterno" (hebreo: olam). es muy relativa en las Sagradas Escrituras. Tiene tres posibles significados diferentes. Puede referirse a (1) La eternidad con un principio y un fin (por ejemplo, los esclavos en Éxodo 21:6 [la NVI traduce correctamente el término 'olam en este contexto: de por vida]; el sacerdocio en Exo. 40:15; Núm. 25:13); (2) la eternidad con principio, pero sin fin (la vida eterna de todos los redimidos; ver Mar. 10:30; Juan 3:16, 36; 5:24); y finalmente, (3) la eternidad sin principio ni fin (que pertenece exclusivamente a Dios; ver 1 Tim. 6:16; comparar con Deut. 33:27). Siempre el contexto textual define el significado preciso del término eterno. Los que creen en Dios reciben la inmortalidad como un regalo, por medio de Cristo Jesús (Juan 11:26; Col. 3:3, 4).
4· La palabra "confusión" en Daniel12:2
"Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna y otros para vergüenza confusión perpetua" (Dan. 12:2).
La palabra confusión (en hebreo: deraón, aborrecimiento, aversión, repugnancia, desprecio) se utiliza en la Biblia hebrea solo en Daniel12:2 y en Isaías 66:24. El significado de este término está garantizado por su contexto: Los textos hablan de condenación en relación con el Juicio y la resurrección. Daniel habla de la Condenación eterna y la vergüenza de los impíos, e Isaías explica que los impíos serán destruidos porque nadie puede impedir que el fuego devorador lleve a cabo su propósito de destrucción. Los rebeldes e impenitentes están condenados a la inexistencia eterna, pero los justos reciben vida eterna.
APLICACIÓN A LA VIDA
1. ¿Cuál es la diferencia entre la visión popular del infierno y la imagen bíblica del lago de fuego? E llago de fuego ¿es algo real o solo una figura poética del lenguaje? Analicen.
2. ¿Cómo puedes explicar a tu clase con palabras sencillas que las personas no van al infierno ni al cielo (o al purgatorio) inmediatamente después de morir? ¿En qué sentido esta información puede ser una buena noticia?
3. ¿Podemos escapar del fuego del infierno? ¿Por qué? En caso afirmativo, explica cómo Dios hace que esto sea posible en nuestra vida.
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