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1. JESÚS GANA, SATANÁS PIERDE | Los Tres Mensajes Cósmicos | Sección maestros


Lección 1:

JESÚS GANA, SATANÁS PIERDE

RESEÑA

La lección de esta semana se centra en el gran conflicto entre el bien y el mal a lo largo de los siglos. Apocalipsis 12 presenta cuatro grandes episodios en este conflicto: la rebelión de Lucifer en el Cielo, su intento de destruir al niño Jesús, su ataque al pueblo de Dios durante la Edad Media y su ataque final al pueblo remanente de Dios en el tiempo del fin. En cada uno de estos conflictos, Cristo se revela como el Señor victorioso, el Redentor triunfante y el poderoso Conquistador.

El pensamiento clave de la lección de esta semana es que, a pesar de los feroces ataques de Satanás contra el pueblo de Dios y sus intentos de destruirlo, Jesús gana y Satanás pierde. Este pensamiento es vital para aprestarnos a entender el mensaje de Apocalipsis para el tiempo del fin, que se encuentra en Apocalipsis 14:6 al 12. Aunque el pueblo de Dios enfrentará opresión, persecución y cárcel, así como un boicot económico y un decreto de muerte, tiene la absoluta seguridad de que, en la Cruz, Jesús triunfó sobre los principados y las potestades del infierno. Satanás es un enemigo derrotado. El mismo Jesús que nunca perdió una batalla contra Satanás tampoco perderá la batalla final. Jesús guiará a su pueblo a la victoria en el conflicto final de la Tierra.

Nos aguardan tiempos difíciles. El pueblo de Dios enfrentará su mayor prueba en los últimos días de la historia de la Tierra, pero podemos enfrentar nuestras pruebas futuras con la suprema confianza de que, en Jesús, por medio de Jesús y gracias a Jesús, nosotros también podemos salir victoriosos.

COMENTARIO

Bien podríamos decir que Apocalipsis 12 es la bisagra sobre la que gira todo el libro de Apocalipsis. En el capítulo 12 radica la esencia del último libro de la Biblia y este hace la transición de todo lo que pasó antes a todo lo que vendrá. El capítulo 12 vincula los capítulos anteriores del Apocalipsis con los capítulos siguientes. Apocalipsis 1 comienza con la imagen gloriosa de Cristo como nuestro Creador, Redentor, Sumo Sacerdote y Rey venidero. Luego, el libro de Apocalipsis procede a introducir tres secuencias de sietes: las siete iglesias, los siete sellos y las siete trompetas. Cada una de estas secuencias culmina en victoria para Cristo y su iglesia.

El propósito de estos primeros capítulos es revelar con claridad de qué manera Cristo finalmente aborta los intentos sucesivos de Satanás de destruir al pueblo de Dios y mostrar el triunfo final de Jesucristo en el conflicto cósmico entre el bien y el mal. La revelación de Jesucristo en cada uno de estos capítulos allana el camino para la revelación de Jesús por medio de su pueblo en Apocalipsis 12:17. Previo a esta revelación, en cada secuencia sucesiva de siete, vemos que hay creyentes fieles que vencen, que no ceden a las fuerzas opresivas del mal, que son leales a Cristo y que adoran con los fieles de todas las edades ante su trono (Apoc. 7:9-12).

En la última de estas secuencias de siete, el séptimo ángel toca la trompeta y dice a gran voz: " 'El reino del mundo ha venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo, y reinará para siempre jamás' " (Apoc. 11:15). Los primeros 11 capítulos del Apocalipsis nos dan la seguridad de que Cristo, quien triunfó sobre los poderes del infierno a lo largo de los siglos, triunfará en el conflicto final de la Tierra. Aunque se ha pisoteado la verdad, el pueblo de Dios sufrió persecución y decenas de miles fueron martirizados, Satanás nunca ha podido erradicar la verdad de Dios ni destruir a su pueblo por completo. La llama de la verdad pudo haber parpadeado, pero nunca se ha apagado. Siempre ha habido una luz en la oscuridad. Finalmente, la gloria de Dios alumbrará toda la Tierra (Apoc. 18:1).

Versículo clave (primera parte): Apocalipsis 12:11

Aunque Apocalipsis 12 está repleto de significado, dos versículos son extremadamente importantes y dignos de nuestra especial atención. El primer versículo es Apocalipsis 12:11: "Ellos lo han vencido por la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio de ellos, y no amaron su propia vida ni aun ante la muerte". La palabra "vencer" implica victoria, triunfo y conquista. Se utiliza 17 veces en el libro de Apocalipsis. El pueblo de Dios vence. No es vencido.

La pregunta es ¿cómo vencemos? ¿Cómo es posible triunfar sobre las tentaciones del maligno? Apocalipsis 12:11 responde esta pregunta al declarar: "Ellos lo han vencido por la sangre del Cordero". La expresión "por la sangre" también se puede traducir como "a causa de la sangre" o "sobre la base de la sangre". En palabras de un antiguo himno: "Mi esperanza se basa nada menos que en la sangre y la justicia de Jesús".

No vencemos por nuestra fuerza de voluntad. El diablo es un enemigo astuto. Él conoce los puntos débiles de nuestro carácter. Sabe dónde hemos caído antes. Conoce nuestros puntos más vulnerables. Nuestra esperanza está anclada en Cristo y en su justicia. Hay dos declaraciones muy poderosas de Elena de White que comentan Apocalipsis 12:11:

"Todos los que quieran pueden ser vencedores. Esforcémonos fervientemente para alcanzar la norma puesta delante de nosotros. Cristo conoce nuestra debilidad, y a él podemos ir diariamente en busca de ayuda. No es necesario que ganemos fortaleza para un mes por adelantado. Debemos vencer día tras día (MS 28,1886)" (CBA 7:985).

Solo cuando confiamos plenamente en Jesús y acudimos a él a diario en busca de ayuda, podemos ser vencedores. Satanás no es el único que conoce nuestras debilidades, Jesús también. Mediante su gracia y su poder, Jesús nos libra de la culpa y de las garras del pecado. Por medio de su sangre nos libra de la condenación del pecado y de su dominio. El segundo comentario de Elena de White aclara este aspecto: "Nos convertimos en vencedores ayudando a otros a vencer por medio de la sangre del Cordero y la palabra de nuestro testimonio. La observancia de los mandamientos de Dios producirá en nosotros un espíritu obediente, y Dios puede aceptar el servicio que es hijo de tal espíritu (Carta 236,1908)" (CBA 7:985)-

La esencia del pecado es el egoísmo. Cuando vamos a la Cruz, la gracia de Cristo nos transforma. Su amor nos motiva para servir y bendecir a los demás.

La "palabra del testimonio de ellos" se refiere a nuestro testimonio. Nuestro testimonio no solo bendice a los demás, sino también nosotros mismos somos bendecidos cuando servimos. El poder de Cristo para vencer fluye del Santuario celestial sobre los que confían plenamente en Jesús, los que son redimidos por su gracia y los que dan su vida al servicio de Dios.

Versículo clave (segunda parte): Apocalipsis 12:17

El último versículo de Apocalipsis 12 es uno de los versículos clave de toda la Biblia. El dragón (Satanás) está enojado con el pueblo fiel de Dios, el Remanente, y hace guerra contra este movimiento de los últimos días, "los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesús" (Apoc. 12:17). En Apocalipsis 13, el diablo llama a sus dos aliados para que lo ayuden en la guerra final de la Tierra. Los aliados se describen como la bestia que sube del mar (Apoc. 13:1-10) y la bestia que sube de la Tierra, también conocida como el falso profeta (Apoc. 13:11-18; comparar con Apoc. 16:13; 19:20; 20:10).

Los Adventistas del Séptimo Día entienden que estas dos bestias representan al papado (el poder estatal de la Iglesia Católica Romana) y a los Estados Unidos, respectivamente. Además, el espiritismo está tan estrechamente alineado con Satanás que el dragón es un símbolo para ambos. Bajo los auspicios de esta triple unión: el dragón (el espiritismo), la bestia que sube del mar (el papado) y la bestia que sube de la Tierra, también conocida como el falso profeta (protestantismo apóstata bajo los auspicios de los Estados Unidos de Norteamérica), Satanás hará guerra contra el pueblo remanente de Dios.

El vocablo "remanente" se utiliza en toda la Biblia para describir al pueblo fiel de Dios. El Antiguo Testamento utiliza la palabra "remanente", o sus derivados, en tres formas al menos. En primer lugar, está el concepto de supervivencia. Los miembros de la familia de Jacob se salvaron de la devastadora hambruna gracias a la intervención de José. Génesis 45:7 habla de estos miembros de la familia como la posteridad de Jacob, o literalmente, como "el remanente". El énfasis aquí está en el hecho de que los descendientes de Jacob sobrevivieron. Asimismo, el remanente de Dios del tiempo del fin sobrevivirá a los ataques del dragón y sus aliados, la bestia y el falso profeta. De la misma manera que Dios envió a José a Egipto "para que [ellos] sobrevivan, para darles vida por medio de una gran liberación" (Gén. 45:7), Dios envía a su pueblo remanente de los últimos días antes de su segunda venida para advertir al mundo y salvar a muchos de la destrucción inminente que causarán las siete últimas plagas.

En segundo lugar, en 1 Reyes 19:14 y 18, la palabra "remanente" se utiliza para designar "el sobrante". Elías clama al Señor: "Solo yo he quedado" (i Rey. 19:14)-Y Dios responde: "Yo conservaré en Israel siete mil fieles, que no doblaron sus rodillas ante Baal ni sus bocas lo besaron" (1 Rey. 19:18). Aquí la palabra "remanente" transmite la idea de quienes permanecen fieles y no se han rendido a la corrupción circundante de la adoración falsa.

En tercer lugar, en algunos casos del Antiguo Testamento, la palabra "remanente" se utiliza para referirse a quienes escapan del cautiverio de Babilonia (Jer. 23:3; 31:7)- Enumerar estos versículos nos ayuda a formarnos una imagen más completa del movimiento remanente de Dios en el tiempo del fin de Apocalipsis 12. En síntesis, a este pueblo remanente se lo puede identificar por su lealtad a todos los mandamientos de Dios. También cuentan con el "testimonio de Jesús" (Apoc. 12:17), que, según Apocalipsis 19:10, "es el espíritu de profecía". Además de la manifestación del don profético en medio de ellos, el Remanente se identifica como aquellos a quienes Dios protege como sus fieles, que escapan de la corrupción de este mundo y que, mediante su compromiso con Cristo y la obediencia a su Palabra, son librados de las falsas enseñanzas de la Babilonia espiritual.

APLICACIÓN A LA VIDA

Para reflexión personal: Apocalipsis 12 brinda varias lecciones prácticas para la vida cristiana del siglo XXI. En primer lugar, nos asegura que, en medio de las pruebas de la vida, Cristo siempre está presente. Este capítulo nos recuerda que Satanás es un enemigo derrotado. Nos da la confianza de que, en nuestras batallas más feroces con Satanás, Cristo ya obtuvo la victoria. Leer Apocalipsis 12 nos da la seguridad de que servimos a un Dios poderoso que es más grande que nuestro adversario.

Un ejemplo de la provisión de Dios en tiempos de angustia se encuentra en dos versículos específicos: Apocalipsis 12:6 y 14. Ambos versículos hablan del mismo período, pero tienen un énfasis ligeramente diferente. El contexto de estos versículos es la persecución del pueblo de Dios durante la Edad Media, desde 538 d.C. hasta 1798 d.C. Apocalipsis 12:6 dice: "Y la mujer huyó al desierto, a un lugar preparado por Dios, para que allí la sustenten durante mil doscientos sesenta días". Apocalipsis 12:14 dice que la mujer, o la iglesia, fue "sustentada" en el desierto. La promisoria verdad eterna de estos versículos es que, en nuestros momentos de tribulación y prueba, Dios siempre tiene un lugar preparado para nosotros. Él nos sustenta en la prueba. En las pruebas de la vida, está allí para fortalecernos, sostenernos y apoyarnos. En las pruebas más grandes de la vida, su Espíritu nos sostiene y nos acerca a Dios. Las dos grandes lecciones que los alumnos pueden aprender del estudio de esta semana son:

1. Cristo nunca ha perdido una batalla con Satanás y, en el tiempo del fin, su pueblo saldrá victorioso.

2. Cualesquiera que sean las pruebas que enfrentemos, Dios está allí para dar la victoria a su pueblo.

Para analizar:

1. ¿En qué sentido Apocalipsis 12 está lleno de esperanza para el pueblo de Dios en el tiempo del fin?

2. Con esta esperanza en mente, ¿qué razones tenemos para regocijarnos en la victoria de Cristo sobre los principados y las potestades del infierno?

 

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