Lección 2 | Martes 4 de abril
EL JUICIO CELESTIAL
Lee Apocalipsis 14:14 y Hechos 1:9 al 11. ¿Qué similitudes descubres?
Apo 14:14 Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre,(G) que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda.
Hch 1:9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos.
Hch 1:10 Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas,
Hch 1:11 los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
Juan declara: “Entonces miré y vi una nube blanca, y sobre la nube, a uno sentado semejante al Hijo del hombre” (Apoc. 14:14). Cuando Jesús ascendió al Cielo, en Hechos 1:9 Lucas registra que, mientras los discípulos estaban de pie mirando al cielo, “Jesús fue elevado a la vista de ellos, y una nube lo ocultó de sus ojos”. Jesús ascendió en una nube de ángeles y volverá con una nube de ángeles. En ese entonces, los ángeles declararon a los discípulos asombrados, en Hechos 1:11: “ ‘Este mismo Jesús, que ha sido llevado de ustedes al cielo, volverá del mismo modo en que lo han visto ir al cielo’ ”. Hay una verdad divina inserta en este pasaje que quizá no sea evidente. Este “mismo Jesús”, el “Hijo del hombre”, el que caminó por las calles polvorientas de Nazaret, ministró en las calles abarrotadas de Jerusalén, sanó a los enfermos en las aldeas de Israel y predicó en las laderas cubiertas de hierba en Galilea, vendrá otra vez.
También se menciona al Hijo del hombre a la luz del juicio en Daniel 7.
Lee Daniel 7:9, 10, 13 y 14. ¿Por qué Daniel llamó a Jesús “Hijo de hombre” en algo tan serio como el Juicio? Según ya hemos visto, ¿qué debería reconfortarnos al saber que el “Hijo de hombre” es tan decisivo para el Juicio?
Dan 7:9 Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos,(E) y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia;(F) su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente.
Dan 7:10 Un río de fuego procedía y salía de delante de él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él;(G) el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.(H)
Dan 7:13 Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre,(I) que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él.
Dan 7:14 Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran;(J) su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido.
En Daniel 7:9 y 10, Daniel ve el Trono celestial con miles de millares y millones de millones de seres celestiales y angelicales reunidos alrededor del Trono. Se inicia el juicio, y los libros (los registros celestiales de nuestra vida) se abren ante el Universo. En Daniel 7:13 y 14, el Hijo de hombre se acerca al Anciano de días, el Padre, y recibe su Reino eterno. El juicio revela ante todo el Universo que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo han hecho todo lo posible para salvar a toda la humanidad.
Este juicio vindica no solo a los santos, sino al mismo carácter de Dios contra las acusaciones falsas de Satanás (ver Job 1, 2; Sal. 51:1-4). Piensa en el hecho de que toda tu vida estará bajo escrutinio delante de Dios.
Entonces, ¿cuál será tu única esperanza cuando esto suceda? (Ver Rom. 8:1).
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