Lección 2 | Lunes 3 de julio
REDENCIÓN COSTOSA; PERDÓN GENEROSO
El pecado había sido una fuerza tenebrosa y dominante en la vida de la audiencia de Pablo. Pablo puede describirlos, en su existencia anterior, como muertos en vida: “Muertos en sus delitos y pecados” (Efe. 2:1), pero andando o “haciendo” como Satanás les ordenaba (Efe. 2:1–3). Esclavizados al pecado y a Satanás, no tenían la capacidad de liberarse. Necesitaban rescate. Dios así lo hizo mediante sus actos de gracia en Cristo, y Pablo celebra dos nuevas bendiciones de la gracia de Dios en la vida de los creyentes: la redención y el perdón.
Lee Efesios 1:7 y 8. “Redención” es una idea que se usa con frecuencia en el Nuevo Testamento. Compara los usos de esta representación en Colosenses 1:13 y 14; Tito 2:13 y 14; y Hebreos 9:15. ¿Qué temas comparten estos pasajes en común con Efesios 1:7 y 8?
Efe 1:7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,
Efe 1:8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,
Col 1:13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,
Col 1:14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.
Tit 2:13 aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
Tit 2:14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad(A) y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.
Heb 9:15 Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto,[a] para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
La palabra griega traducida como “redención”, en Efesios 1:7, es apolutrōsis, que originalmente indicaba la compra de la libertad de un esclavo o pagar para liberar a un cautivo. Se escucha el eco de la voz del traficante de esclavos subastando su mercancía y el frío chirrido de las esposas de un esclavo. Cuando el Nuevo Testamento habla de la redención, destaca el costo de liberar a los esclavos.
Nuestra libertad tiene un costo extremo: “En él [Jesús] tenemos redención por su sangre” (Efe. 1:7). La idea de la redención también celebra la generosidad misericordiosa de Dios al pagar el alto precio de nuestra libertad. Dios nos da libertad y dignidad. ¡Ya no somos esclavos!
“Ser redimido es ser tratado como una persona, no como un objeto. Es llegar a ser ciudadano del Cielo, en lugar de un esclavo de la Tierra” (Alister E. McGrath, What Was God Doing on the Cross [Grand Rapids, MI: Zondervan, 1992], p. 78).
Ten en cuenta que la idea de que Dios paga a Satanás el precio de la redención es medieval, no bíblica. Dios no le debe nada a Satanás ni le paga nada. Los beneficios del Calvario también incluyen “el perdón de los pecados” (Efe. 1:7). En la Cruz, Cristo toma sobre sí el precio por nuestro pecado, tanto pasado como futuro, y así “canceló la nota de nuestra deuda, que consistía en ordenanzas desfavorables a nosotros” (Col. 2:14). Al hacer esta obra de redención y de perdón por medio de Cristo, Dios actúa como nuestro Padre generoso, con “la riqueza de su gracia, que nos prodigó abundantemente” (Efe. 1:7, 8).
¿Qué significa para ti ser perdonado y redimido mediante el sacrificio expiatorio de Cristo? ¿Y si sientes que no lo mereces? (Pista: no eres digno; ese es el centro neurálgico de la Cruz).
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