Lección 12:
LA VERDAD POR LA PUERTA DE ATRÁS
Es necesario que
dejemos hablar a la Palabra. A veces Jesús hablaba de manera "clara",
por lo general a los líderes religiosos. Pero este no era su estilo habitual.
La mayoría de las veces respondía a las preguntas con otra pregunta, rara vez con
una respuesta directa. De hecho, en los Evangelios hace más de trescientas
preguntas, muchas más de las que responde. Por supuesto, al responderá las
preguntas con preguntas, refleja la tradición judía de la enseñanza religiosa
mediante relatos. "El judaísmo se basa en gran medida en relatos y se
comunica por medio de ellos -escribe Yitzhak Buxbaum-. LaTbrá tiene dos partes:
instrucción sobre los mandamientos, e historias".2
"El método
principal [de Jesús] para elaborar mensajes significativos era la metáfora, el
símil, la parábola y la dramatización, más que la lógica y el razonamiento.
Elaboraba mensajes significativos como un dramaturgo y un poeta más que como un
filósofo". Eso no significa que las enseñanzas de Jesús eran menos
profundas. Al contrario, es solo una suposición occidental que el razonamiento
lógico y la argumentación son más legítimos o eficaces que la enseñanza por
medio de una historia. Jesús nunca hablaba sin contar una historia o una parábola,
por medio de la cual colaba la verdad por la puerta trasera de la mente y el
corazón de sus oyentes (Mar. 4:34).3
Di la verdad, pero dila adaptada
Los cristianos
comprometidos con la obra misionera hasta los confines de la tierra no tardan
en darse cuenta de que hay que adaptar la verdad, pero sin comprometerla, para
poder alcanzar a personas que se encuentran en situaciones diferentes. Tenemos
el caso del apóstol Pablo citando a poetas paganos en el Areópago (Hech.
17:22-31). Aunque Pablo sabía predicar la verdad de manera clara y directa,
también sabía cómo adaptar el mensaje dependiendo de la audiencia.
Jesús, Pablo y gran
parte de la Biblia reflejan lo que escribió la poetisa Emily Dickinson:
"Di toda la
verdad, pero dila de manera adaptada. El éxito descansa en el rodeo. Demasiado
claro para nuestro débil deleite. La extraordinaria sorpresa de la
verdad".5 Los Salmos la revelan de manera adaptada. Daniel y el
Apocalipsis la revelan de manera adaptada. Jesús la revela de manera adaptada.
Hay muchas razones para abordar la verdad desde ángulos diferentes. Puede
resultar más interesante y convincente. Derrumba las defensas. Se puede llegar
a personas que nunca escucharían un sermón por medio de una historia. Y como
dice la conclusión del poema de Dickinson:
"La verdad
debe deslumbrar gradualmente O todos quedarán ciegos".
¿Cómo presentamos
el evangelio? ¿En términos clínicos abstractos? ¿Mediante meras afirmaciones
intelectuales? ¿Por medio de proposiciones carentes de vida? ¿O reflejamos a
nuestro Señor, el cual dio existencia a los mundos, convirtió el agua en vino y
nunca habló sin relatar una parábola? A lo largo de la historia, el evangelio
ha ido como "luz para las naciones" porque hombres y mujeres han
encontrado odres nuevos para contar esta vieja, vieja historia. Y de forma casi
inevitable, se han enfrentado a la oposición y a la crítica.
En 1929, Harold
Marshall Sylvester Richards se hizo pionero de la programación radiofónica
religiosa con la emisión de "La voz de la esperanza". Se trataba de
un enfoque ministerial radicalmente nuevo para la Iglesia Adventista del
Séptimo Día. Mucha gente, incluidos dirigentes de la Iglesia, no estaban muy de
acuerdo. Algunos opinaron que estaba mal porque en la radio se transmitía
publicidad de alcohol y cigarrillos. Otros realizaron una exégesis imaginativa
en base a la descripción que Pablo hace de Satanás como "príncipe de la
potestad del aire" y la trasladaron a la radio. Varias asociaciones
prohibieron "La voz de la esperanza" en sus territorios. Sin embargo,
el pastor Richards no se lo pensó dos veces para utilizar cualquier medio para
predicar el evangelio. "Si tuviera la oportunidad de predicar en Roma y el
papa estuviera entre el público, la aprovecharía -dijo-. Me encantaría ir al
Vaticano y dar •una serie de devocionales matutinos".6
En 1950, William y
Virginia Fagal lanzaron el primer programa de televisión adventista, llamado
"Fe para hoy". En pocos meses, se convirtió en la primera emisión
religiosa a lo largo de todo el territorio estadounidense. En cierto modo, fue
un paso incluso más osado que el lanzamiento de "La voz de la
esperanza" veinte años antes, y estuvo a punto de morir prematuramente.
Los Fagal emitían el programa desde los estudios neoyorquinos de WABC TV, una
de las principales cadenas de televisión de Norteamérica. Empezaron con un
programa de predicación, pero los directores del canal les dijeron: "No
prediquen". Más bien, aconsejaron el uso de técnicas de dramatización para
contar historias de la vida real. Pronto, los Fagal incluyeron este tipo de
representaciones en sus programas.
Para muchos, esto
ya era ir demasiado lejos. Aunque junto con la historia dramatizada había un
sermón, música "sacra" y promociones de cursos bíblicos por
correspondencia, muchos adventistas se indignaron. En el concilio de otoño de
la Asociación General de 1952, varios oradores se levantaron para atacar el
programa. Cuando se sometió a votación, solo 2 de los más de 150 delegados
votaron a favor de seguir financiándolo. En una decisión inusual, el presidente
optó por no avalar la votación, sino que continuó el debate. Entonces, invitó
al anciano Fagal a hablar del ministerio "Fe para hoy" y de los
resultados que estaban obteniendo. Otros dos líderes se levantaron para
defender el programa y se procedió a una segunda votación. Esta vez la votación
fue exactamente la inversa: 2 en contra y el resto a favor. El presidente
decidió avalar la segunda votación.7
En la década de
1940, el evangelista John Coltheart probó un nuevo método creativo de
evangelización pública mientras ejercía de pastor en Nueva Zelanda. Siendo
entonces un joven pastor de unos 20 años, Coltheart anunció el tema: "Los
muertos cuentan historias" para su noche inaugural. La intención era
utilizar la arqueología para ayudar a demostrar la veracidad de la Biblia.
"El presidente de la asociación se horrorizó de que el tema no fuera sobre
el Cielo, o algún otro tema bíblico, pero, cuando vio que el salón se llenó a
rebosar la primera noche, retiró sus objeciones".4
En 1958, Coltheart
expuso ante los dirigentes de la iglesia en Estados Unidos:
Hice un pequeño
experimento hace unos trece años. Estaba buscando un nuevo planteamiento en
cuanto a la evangelización. Temas como la tierra santa, la arqueología y la
Biblia me facilitaron ese nuevo planteamiento. Anunciamos una reunión, y tres
evangelistas de la asociación me dijeron: "No vas a lograr nada con eso,
porque el pastor Fulano de Tal ya probó ese método aquí hace cinco años y
simplemente no funcionó". Pues bien, me alegra decir que el planteamiento
sí funcionó, y desde entonces ha sido utilizado por muchos de nuestros
pastores. Yo lo titulo "Los muertos cuentan historias". [...] Hemos
atraído a grandes multitudes con ese título.5
Unos años más
tarde, Coltheart puso en práctica el método en Londres, Inglaterra. El
resultado no tuvo precedentes. Las líneas telefónicas se mantuvieron ocupadas
durante tres días con gente que reservaba localidades para el programa, y
asistieron más de ocho mil personas los dos primeros días. He aquí una
descripción del nuevo planteamiento: "Antes de la conferencia de
diapositivas, el público realiza un recorrido por diversos lugares del Oriente
Próximo y Australasia mediante diapositivas panorámicas y películas, con música
descriptiva de órgano y piano de fondo".10
Yo crecí en
Australia asistiendo a reuniones de este tipo, que llamábamos
"misiones". Los evangelistas expositores alquilaban el ayuntamiento o
algún otro local grande en ciudades de Australia y Nueva Zelanda y atraían a
grandes multitudes utilizando el método de Coltheart. Sin embargo, al llegar la
televisión a Australia, disminuyó el número de asistentes a estas reuniones.
Un laico con
experiencia en producción televisiva decidió hacer algo al respecto. Financió
personalmente a siete evangelistas para que viajaran con él hasta el Oriente
Próximo. Allí, filmó a cada pastor hablando en diversos lugares de interés.
Luego, produjo cinco anuncios de televisión diferentes de 30 segundos que
podían utilizar, en rotación, antes de la noche inaugural.
Los primeros 20
segundos del guion de uno de estos anuncios decían así: "Me llamo [nombre]
y estoy en Egipto, y esta es la reina barbuda, una misteriosa mujer del antiguo
Egipto. ¿Quién era? ¿Tenía realmente barba? ¿Por qué el faraón desfiguró su rostro
y por qué su momia era la única que faltaba? Responderé a estas preguntas y
muchas más este fin de semana en [lugar de las reuniones]".
Las imágenes in
situ se enmarcaron para incluir un número de teléfono en el cuadrante
inferior de la pantalla. Esta imagen aparecía cinco segundos después del inicio
del anuncio y permanecía allí hasta el final. Tras el vídeo en las tierras
lejanas, el anuncio pasaba a mostrar una gráfica durante los últimos diez
segundos (con el número de teléfono aún visible). Un locutor profesional
anunciaba la hora y el lugar de la reunión e invitaba a llamar para obtener
entradas gratuitas.
"Asistieron
12.500 personas en Melbourne y 17.000 en la Ópera de Sídney —dijo el laico que
financió y produjo los anuncios—. Conseguimos tantos bautismos, que con el
aumento de los diezmos se pagó toda la campaña evangelística en dos años".
La simple innovación de filmar a los evangelistas in situ en tierras
bíblicas supuso un enorme impulso de credibilidad pública.
Desde que Coltheart
probó el planteamiento arqueológico, ha llevado a decenas de miles de personas
de todo el mundo a bautizarse. Su método sigue utilizándose, aunque en algunos
lugares ahora tiene dificultades para atraer a las multitudes. Pero sin duda
merece que se reconozca lo innovador y vanguardista que resultó su método.
Lamentablemente, es
frecuente ver hoy en día una falta de creatividad e innovación en la obra
misionera. Muchas librerías cristianas de Estados Unidos ejemplifican el
problema. La mayoría de los libros que venden están dirigidos a cristianos:
santos que se dirigen a otros santos. Y si se busca algo que aborde seriamente
el tema de la misión, se tienen problemas. En primer lugar, hay que abrirse
paso entre camisetas cristianas, bisutería, libros para adelgazar, biografías
de famosos y una cantidad de libros de au-toayuda que genera claustrofobia. Y
hay que tener cuidado de no tropezar con las obras de salud y prosperidad al
salir.
Por supuesto, es
lógico que una librería cristiana venda productos dirigidos a los cristianos.
Pero ¿no deberían también ayudar a los cristianos a relacionarse con los no
creyentes y con la comunidad de forma más eficaz? Es casi como si hubiéramos
renunciado a influir en nuestra sociedad. En su lugar, vivimos, nos movemos y
existimos totalmente dentro de la subcultura cristiana. Y cuando alguien se
atreve a probar formas nuevas y creativas de implicar a los no creyentes, a
menudo es rechazado con las típicas críticas: "Nunca lo hemos hecho
así". "Estás diluyendo la verdad". "¡Limítate a predicar la
Palabra!".
En julio de 1849,
el joven James White publicó el primer fascículo de un periódico de ocho
páginas llamado La verdad presente, fruto de un arduo trabajo,
experimentación y sacrificio. Solo imprimió mil ejemplares, pero formaban parte
de un proyecto grande y ambicioso. El año anterior, su esposa Elena soñó con un
pequeño periódico que crecería hasta convertirse en "raudales de luz que
circuirían el mundo".6 Luz
para las naciones, en efecto.
Pero en diciembre,
White dejó de imprimir. Los fondos se agotaron y se desanimó. Para empeorar la
situación, Joseph Bates no le prestó ningún apoyo. Bates, cofundador de la
Iglesia Adventista y el predicador adventista vivo más antiguo, se negó incluso
a escribir para la publicación. Consideraba que White no debía perder el tiempo
con métodos de testificación novedosos, cuando los fondos debían destinarse a
la evangelización directa.
Esta tensión sigue
existiendo en la iglesia hoy. Muchos factores externos pueden bloquear la
visión de Isaías de que la luz vaya a las naciones. Pero muy a menudo, el
bloqueo procede de adentro: preocuparse más por el mantenimiento que por la
misión, proteger "el método que siempre hemos utilizado", aferrarse a
lo que resulta más cómodo. Afortunadamente, al llegar la primavera, White
encontró el valor y los medios necesarios para continuar, y nació la
publicación adventista.12
Muchos años
después, Elena de White escribió: "Cualquiera haya sido vuestra práctica
anterior, no es necesario repetirla vez tras vez de la misma manera. Dios
quiere que sigamos métodos nuevos y no probados. Irrumpan sobre la gente;
sorpréndanla".7Y
casi se puede percibir la frustración en su tono, cuando añade: "Pero
alguien debe aventurarse, y alguien debe correr riesgos en esta causa".8
1 ibíd.
2 Yitzhak Buxbaum, Storytelling
and Spirituality in Judaism (Lanham, MD: Rowman & Litttlefield, 1994),
p. xv.
3 Kenneth E.
Bailey, Jesús Through Middle Eastern Eyes (Downers Grave, IL:
InterVarsity Press, 2008), p. 279.
John Robertson/'TheVoiceof H.M.S. Richards", Spectrum 13,
n°1 (septiembre de 1982), p. 41.
Dan Shultz, "Faith for Today", Encyclopedia
of Seventh-day Adventists, 28 de noviembre de 2021,
https://encycloped¡a.advent¡st.org/art¡cle?¡d=8JHM
4 Michelle Down,
"Coltheart, John Frederick (1924-1974)", Encyclopedia of
Seventh-day Adventists, 29 de enero de 2020, https://encyclopedia.adventist.
org/article?¡d=G7UU
5 Varios
pastores, "Overseas Evangelism Rally", Ministry, noviembre
de 1958, https://www.ministrymagazine.org/archive/1958/11/overseas-evangelism-rally
6 Elena
de White, Primeros escritos, p. xxvii.
George Knight, Joseph Bates: The Real Founder of
Adventism (Hagerstown, MD: Review and Herald, 2004), pp. 162-164.
7 Elena
de White, El evangellsmo, p. 128.
8 ulbíd„ p.
689.
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