INAMOVIBLE COMO EL MONTE SION
Lee Salmo 125:1 y 2. ¿Cómo se describe aquí a los que confían en Dios?
Lee Salmo 125:3 al 5. ¿Qué tentación tienen los justos? ¿Cuál es la lección para nosotros?
El pueblo sigue teniendo libertad para extender “sus manos a la iniquidad” (Sal. 125:3) y apartarse “por sendas tortuosas” (Sal. 125:5). El Señor es justo y juzgará a quienes persistan en su rebeldía, junto con otros pecadores impenitentes.
Este es el llamado al pueblo de Dios para que permanezca inconmovible en la fe y la confianza en el Señor, del mismo modo que el monte Sion es su refugio inconmovible. Es decir, aun cuando no entendemos las cosas, podemos seguir confiando en la bondad de Dios.
“La entrada del pecado en el mundo, la encarnación de Cristo, el nuevo nacimiento, la resurrección, y muchos otros asuntos que se presentan en la Biblia, son misterios demasiado profundos para que la mente humana los explique o incluso los comprenda plenamente. Pero no tenemos razón para dudar de la Palabra de Dios porque no podamos entender los misterios de su providencia.
[...] Por todas partes se presentan maravillas que superan nuestra comprensión. Por lo tanto, ¿deberíamos sorprendernos de que también en el mundo espiritual encontremos misterios que no podemos sondear? La dificultad reside únicamente en la debilidad y la estrechez de la mente humana. Dios nos ha dado en las Escrituras suficientes pruebas de que estas son de carácter divino, y no debemos dudar de su Palabra porque no podamos entender todos los misterios de su providencia” (Elena de White, El camino a Cristo, p. 108).
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