Lunes 23 de septiembre | Lección 13
LA PIEDRA FUE QUITADA
Lee Marcos 16:1 al 8 y 1 Corintios 15:1 al 8. ¿Qué tienen en común estos pasajes?
Mar 16:2 Muy de mañana el primer día de la semana, apenas salido el sol, se dirigieron al sepulcro.
Mar 16:3 Iban diciéndose unas a otras: «¿Quién nos quitará la piedra de la entrada del sepulcro?»
Mar 16:4 Pues la piedra era muy grande. Pero al fijarse bien, se dieron cuenta de que estaba corrida.
Mar 16:5 Al entrar en el sepulcro vieron a un joven vestido con un manto blanco, sentado a la derecha, y se asustaron.
Mar 16:6 —No se asusten —les dijo—. Ustedes buscan a Jesús el nazareno, el que fue crucificado. ¡Ha resucitado! No está aquí. Miren el lugar donde lo pusieron.
Mar 16:7 Pero vayan a decirles a los discípulos y a Pedro: “Él va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán, tal como les dijo.”
Mar 16:8 Temblorosas y desconcertadas, las mujeres salieron huyendo del sepulcro. No dijeron nada a nadie, porque tenían miedo.
1 Cor. 15:1 Ahora, hermanos, quiero recordarles el evangelio que les prediqué, el mismo que recibieron y en el cual se mantienen firmes.
1Co 15:2 Mediante este evangelio son salvos, si se aferran a la palabra que les prediqué. De otro modo, habrán creído en vano.
1Co 15:3 Porque ante todo les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras,
1Co 15:4 que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras,
1Co 15:5 y que se apareció a Cefas, y luego a los doce.
1Co 15:6 Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos han muerto.
1Co 15:7 Luego se apareció a Jacobo, más tarde a todos los apóstoles,
1Co 15:8 y por último, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí.
Hay cuatro ideas que aparecen una y otra vez: murió, fue sepultado, resucitó, fue visto. En Marcos, las primeras dos ideas aparecen en el capítulo 15. Las otras dos están en el capítulo 16, pero con un giro. Marcos 16:7 habla de una reunión en Galilea (“y allí le veréis”; ver Juan 21).
Para algunas personas es inconcebible que los cristianos crean en un Señor resucitado. Pero la evidencia de su resurrección es sustancial y consistente con la razón.
Para empezar, todo lo que uno tiene que hacer es creer en Dios como el Creador (ver Génesis 1; 2), y la idea de la resurrección, un milagro, llega a ser razonable. El Dios que creó el universo y, por ende, la vida en la Tierra, ciertamente tiene el poder, si así lo decide, de resucitar a Jesús. La existencia de Dios no convierte la resurrección de Jesús en algo inevitable, solo en algo razonable.
Además, la tumba estaba vacía. Aun los historiadores ateos aceptan ese hecho. Si así no fuera, la aseveración acerca de la resurrección de Jesús habría fracasado desde el principio, pues la existencia de su cuerpo habría destruido cualquier pretensión de que hubiera vuelto a la vida.
Luego, la explicación de que sus discípulos sustrajeron el cuerpo es insostenible, ya que no podrían haber burlado a la guardia. Y, aun en el caso de que hubieran podido y se llevaran el cuerpo, ¿por qué no fueron arrestados por hacerlo? La respuesta es que los líderes religiosos sabían que los discípulos no habían hecho eso.
Por otra parte, muchas personas dieron testimonio de que habían visto a Cristo resucitado. Muchos, incluyendo a los discípulos, no creyeron al principio. Y Pablo, un muy sólido enemigo, no solo asegura haber visto al Señor resucitado, sino también esa experiencia cambió radicalmente toda la trayectoria de su vida.
Finalmente (aunque existen muchas otras razones), ¿Cómo explicar el surgimiento de la iglesia cristiana, fundada por personas que afirmaron haber visto al Señor resucitado? ¿Por qué habrían estado esas personas dispuestas a morir por algo que supieran que no era verdad? El testimonio sostenido de ellos desde poco después de la muerte de él (Hech. 3:15) y en los años siguientes (1 Ped. 1:3) es una evidencia poderosa en favor de su resurrección.
¿Qué responderías si alguien te preguntara qué evidencia tienes de la resurrección?
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