CBA Libro de Mateo capítulo 9
1. Entrando Jesús en la barca.
En Mat. 9: 1
concluye el relato de los endemoniados de Gadara (Mat. 8: 28 al 9: 1; ver com.
Mar. 5: 21). El capítulo 8 debería concluir con el vers. 1 del cap. 9.
Su ciudad.
Es decir, Capernaúm (ver com. Mar. 1: 29).
2. Un paralítico.
[ Jesús sana a un
paralítico, Mat. 9: 2-8 = Mar. 2: 1-12 = Luc. 5: 17-26. Comentario principal:
Marcos.]
13.
Id, pues, y
aprended.
Los escribas y fariseos probablemente no tenían consigo sus
rollos de las Escrituras, y para estudiar el tema que Jesús les sugería,
tendrían que haber ido a la sinagoga.
Misericordia quiero.
Ver
Ose. 6: 6. Aquí la palabra "misericordia" " bien podría representar el carácter,
o sea los rasgos de carácter que Dios quisiera que su pueblo reflejara (ver com.
Mat. 19: 19; 22: 39). Del mismo modo, la palabra "sacrificio" representa las
formas de la religión que tienen la desventurada tendencia de eclipsar la
religión práctica (2 Tim. 3: 5). En este sentido, "misericordia" representa la
justificación por la fe, así como "sacrificio" representa la justificación por
las obras. Cristo dijo que de nada valían las formas de la religión sin el
espíritu vitalizador de ella (ver com. Mar. 7: 7- 9, 13; Juan 4: 23-24).
Dios no ordenó la observancia del sistema ceremonial judío porque en sí
mismo representara el ideal divino de la vida religiosa. En sí mismos, los
antiguos sacrificios carecían de valor (Heb. 9: 9; 10: 1- 11). El Señor no se
complace sólo con lo visible (Miq. 6: 7). Lo que Dios requiere del hombre es "
"hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios" " (Miq. 6: 8).
Siempre ha sido mejor obedecer que presentar sacrificios (1 Sam. 15: 22; ver
com. Mat. 7: 21-27; Mar. 7: 7- 9).
14. Los
discípulos de Juan.
[ La pregunta sobre el ayuno, Mat. 9: 14-17 = Mar.
2: 18-22 = Luc. 5: 33-39. Comentario principal: Marcos.]
18. Mientras él les decía.
[ La hija de Jairo y la mujer
que tocó el manto de Jesús, Mat. 9: 18-26 = Mar. 5: 21-43 = Luc. 8: 40-56 .
Comentario principal: Marcos.] Mateo afirma que durante el diálogo registrado en
los vers. 14-17, Jairo (Mar. 5: 22) se acercó a Jesús. Si se añade a esto la
afirmación hecha en DTG, p. 310, en el sentido de que Jairo encontró a Cristo en
la casa de Mateo, resulta claro que hay una estrecha relación cronológica entre
el banquete en la casa de Mateo, la protesta de los fariseos en cuanto a que
Jesús comía con los publicanos y los pecadores, la pregunta en cuanto al ayuno y
la resurrección de la hija de Jairo.
Acaba de morir.
Según los
relatos de Marcos (cap. 5: 23, 35) y Lucas (cap. 8: 42, 49), la niña aún no
estaba muerta cuando Jairo se presentó delante de Jesús para hacerle su
petición; pero sí estaba, como diríamos nosotros ahora: "casi muerta",
"agonizando"; o sea que moriría inevitablemente si Jesús no intervenía de
inmediato. No hay, pues, ninguna discrepancia entre los relatos de estos tres
evangelistas. No es posible determinar si el padre sabía de la resurrección del
hijo de la viuda de Naín, acontecida poco antes (ver com. Luc. 7: 11), pero es
muy posible que sí.
27. Dos ciegos.
[ Dos ciegos reciben la vista, Mat. 9: 27-31. Comentario: Mateo. Cf.
Mar. 8: 22-26; 10: 46-52. Ver mapa p. 210; con referencia a los milagros, pp.
198-203.] Este milagro quizá ocurrió en Capernaúm hacia fines del año 29 d. C.
La curación en Besaida (Mar. 8: 22-26) ocurrió cerca de un año más tarde, y la
de Bartimeo en Jericó (Mar. 10: 46-52) más de un año y medio más tarde. Desde
tiempos antiguos la ceguera, muchas veces causada por tracoma, ha sido común en
las tierras bíblicas.
Hijo de David.
Que los ciegos usaran este
término indicaría que habían reconocido a Jesús como el Mesías (ver com. cap. 1:
1).
28. Llegado a la casa.
Aunque
no se especifica nada en este pasaje, bien podría haberse tratado de la casa de
Pedro. En el griego, el sustantivo "casa" lleva el artículo definido, lo cual
indica que se hace referencia a una casa específica, quizá a la casa donde
residía Jesús mientras estaba en Capernaúm (ver com. Mar. 1: 29). No se dice
nada acerca de la razón por la cual Jesús no sanó a los ciegos en la calle.
¿Creéis?
Si los ciegos no hubieran puesto su fe en acción,
Cristo no podría haber ejercido su poder en favor de ellos. La fe del hombre
debe ascender para encontrarse con el poder de Dios y unirse con él a fin de que
las bendiciones, ya sean físicas o espirituales, puedan ser impartidas y
recibidas (Heb. 11: 6).
29. Les tocó.
Con referencia al significado y al propósito del toque sanador, ver com.
Mar. 1: 31.
30. Les encargó rigurosamente.
Es decir, "les ordenó severamente" " (BJ). Aquí sin duda se refiere a la
expresión severa del rostro de Jesús y al tono de su voz. Con referencia al
propósito de Jesús al prohibir la publicidad en relación con ciertos milagros,
ver com. Mar. 1: 43.
31. Divulgaron.
Comparar esto con el caso del leproso que desobedeció la misma
prohibición de Jesús (ver com. Mar. 1: 45).
32. Mientras salían ellos.
[ Un mudo habla, Mat. 9: 32-34 .
Comentario: Mateo. Ver mapa p. 210; con referencia a los milagros, pp. 198-203.]
Sin duda el pronombre "ellos" se refiere a los dos ciegos que acababan de ser
curados, quizá en la casa de Pedro (ver com. vers. 28), y que salían de la casa
en el momento cuando el endemoniado era traído a Jesús.
Le trajeron.
Cuando a una persona le falta la capacidad o la fe para acercarse a
Jesús a fin de recibir la curación de su cuerpo o de su alma, es de veras
afortunada si tiene a alguien que se preocupe por ella como para llevarla a
Jesús (cf. Mar. 2: 2-3).
Un mudo.
Gr. k Ç fós , "sin filo" ,
"apagado" (ver com. Luc. 1: 22). Esta palabra podía emplearse para describir a
un sordo, a un mudo, o a un sordomudo.
Endemoniado.
En cuanto a
la posesión demoníaca en tiempos bíblicos, ver com. Mar. 1: 23.
33. El mudo habló.
Esta era una
evidencia tangible de que la persona había sido sanada. Este es el último
milagro que se registra hasta después de varios meses, cuando se realizó la
alimentación de los 5.000 en la primavera (marzo-mayo) del año siguiente. No se
dice si Jesús pasó el invierno en algún lugar retirado después del segundo viaje
por Galilea. La excitación de las masas, ocasionada por los muchos milagros de
Jesús, tendía a opacar el principal propósito que Jesús tenía al hacerlos: la
propagación del reino de los cielos en el corazón y la vida de los hombres.
34. Los fariseos decían.
Ver com.
cap. 12: 24. Quizá desesperados por silenciar a Cristo o por conseguir que la
gente se le opusiera, los fariseos procuraban hacer que se creyera que el poder
milagroso de Cristo era una evidencia de que el Señor estaba unido con Satanás.
El hecho de que Mateo no registre aquí ninguna respuesta de Jesús sugiere la
posibilidad de que los fariseos no presentaron este argumento en su presencia,
sino que lo hicieron circular entre la gente.
35. Recorría Jesús.
[ Segundo viaje por Galilea, Mat. 9: 35
= Luc. 8: 1-3 . Comentario principal: Lucas.] Puesto que en Mat. 9: 36 se inicia
la sección que trata de las instrucciones de Cristo a los doce antes del tercer
viaje por Galilea, y puesto que esta sección termina con una indicación acerca
de la actividad de Cristo durante el tiempo cuando los doce recorrían las aldeas
y los pueblos de Galilea (cap. 11: 1), es probable que este versículo (cap. 9:
35) presente un resumen del segundo viaje por Galilea. Mateo registra una
información similar en la cual resume el primer viaje por Galilea (ver com. cap.
4: 23).
Todas las ciudades y aldeas.
Sin duda es ésta una
hipérbole. En vista de que había unas doscientas aldeas en Galilea (ver com.
Luc. 8: 1), habría resultado difícil, si no imposible, que Jesús pasara por cada
una de ellas en su breve ministerio de poco más de un año allí.
Enseñando.
Con referencia a la enseñanza de Jesús en la
sinagoga, ver com. Mar. 1: 39; Luc. 4: 15-16.
Toda
enfermedad.
Ver com. cap. 4: 23. Cuando los discípulos fueron enviados a
predicar, recibieron de Cristo este mismo poder (cap. 10: 1).
En el
pueblo.
La evidencia textual (cf. p. 147) establece la omisión de estas
palabras aquí y su inclusión en Mat. 4: 23.
36. Al ver las multitudes.
[ Tercer viaje por Galilea, Mat.
9: 36 a 11:1 = Mar. 6: 7-13 = Luc. 9: 1-6 . Comentario principal: Mateo. Ver
mapa p. 210; diagrama p. 221.] Así comienza Mateo su relato del tercer viaje por
Galilea, que se realizó en los últimos meses del año 29 y los primeros del año
30 (ver DTG 326, 332; com. Mar. 1: 39). Poco es lo que se dice acerca de lo
ocurrido en el viaje, pues casi todo el relato tiene que ver con las
instrucciones que Cristo dio a los doce antes de mandarlos a predicar. No se
menciona ningún episodio específico en el cual hubieran tomado parte los
discípulos, y el único hecho de Cristo que se registra es su segunda visita a
Nazaret (Mat. 13: 54-58). Con referencia a la relación existente entre el tercer
viaje y los dos anteriores, ver com. Mar. 1: 39.
En el tercer viaje, los
doce debían salir de dos en dos, aplicando los principios que habían observado
en el ministerio de Jesús. Mientras los doce estaban así ocupados en este
ministerio, Jesús salió acompañado por muchos otros discípulos (Luc. 10: 1; cf.
DTG 452-453). La referencia a las "multitudes" es otra razón por la cual Cristo
envió a los doce: lo que se le había exigido a Cristo en el segundo viaje
demostró que los obreros eran pocos (cf. Mat. 9: 37). La tercera gira significó
una importante extensión del ministerio de Cristo (DTG 360).
Estaban
desamparadas.
Mejor, " "fatigados" (NC), "vejados" (BJ), "acosadas"
(VM).
Dispersas.
En su voz activa el verbo griego ríptÇ
significa "echar abajo", "arrojar". En su voz pasiva, la que se emplea aquí,
significa "ser echado", "estar abandonado", "estar postrado o en tierra". Al
parecer toda la gente estaba tan decaída y se sentía tan abandonada que ya no
realizaba ningún esfuerzo por mejorar su condición religiosa. Les parecía que ya
no había esperanza. La palabra ríptÇ no tiene tanto que ver con la dispersión de
las "ovejas", como con su condición de desánimo o "desamparo". La BJ dice
"abatidos".
No tienen pastor.
Ver Núm. 27: 17; 1 Rey. 22: 17;
Eze. 34: 5. Los encargados de la grey del tiempo de Jesús no eran más que
asalariados (Juan 10: 12-13), y cuando vino el Buen Pastor encontró que sus
ovejas estaban abatidas y dispersas.
37. Entonces dijo.
Lo que Cristo dice aquí (vers. 37-38) a
los doce es casi exactamente lo que dijo más tarde a los setenta en
circunstancias similares (Luc. 10: 2). Ver com. Mar. 2: 10.
La mies.
Con frecuencia la cosecha era un símbolo del último gran juicio final
(cap. 3: 10, 12; 13: 30, 39). Más de un año antes Jesús había empleado la figura
de la cosecha en relación con su ministerio en favor de los samaritanos de Sicar
(Juan 4: 35-38).
Los obreros pocos.
Cuando son pocos los obreros
para segar una abundante cosecha, es inevitable que se pierda buen grano en gran
cantidad. Hasta ese momento sólo un grupo de cosechadores evangélicos había
estado en el campo juntando el grano para el reino de los cielos. Ahora
resultaba evidente que si no se hacían planes más amplios, la mayor parte del
grano, aun en la pequeña región de Galilea, nunca podría ser juntado.
38. Rogad, pues.
Que los discípulos
rogaran al Señor de la mies no indica que él no se preocupara por la necesidad
de más obreros, o no se diera cuenta de que faltaban. Los doce debían orar por
esto a fin de que así el Señor de la mies pudiera tener la oportunidad de
convencerlos a ellos mismos de su responsabilidad personal de hacer frente a esa
necesidad.
La oración no tiene el propósito principal de informar a Dios
de lo que de otro modo no sabría, ni de insistir con él para que haga lo que de
otro modo no haría, sino de condicionar nuestro corazón y nuestra mente para que
podamos cooperar con él. Sin duda, Cristo dirigió a sus discípulos en oración
para destacar esta urgente necesidad, ahora sentida claramente por todos los
miembros del grupo. Debían orar y después salir con fe para cooperar con Dios a
fin de responder a sus propias oraciones (ver cap. 10: 10).
Envíe.
Aquí se expresa la urgencia con la cual se anticipaba que el "Señor de
la mies" habría de enviar obreros que estuvieran dispuestos a ir a trabajar.
CBA T5
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