1. Aconteció después.
Esta declaración es el eslabón natural que vincula los acontecimientos de 1 Sam. 30 y 31 con los que ahora se van a narrar. No hay una interrupción entre los dos libros de Samuel. Los sucesos de este capítulo son una continuación de la historia precedente sin solución de continuidad.
La muerte de Saúl.
Este suceso fue decisivo para que David subiera al trono. En ocasión de la batalla fatal entre Saúl y los filisteos, David había estado empeñado en su ataque a los amalecitas que habían saqueado a Siclag (1 Sam. 30). Pasó algún tiempo ántes que supiera de la muerte de Saúl.
2. Al tercer día.
Es decir, al tercer día después de que David volvió a Siclag, no necesariamente el tercer día después de la muerte de Saúl.
Rotos sus vestídos.
Como para indicar dolor por la derrota que había sobrevenido al pueblo de David (ver Jos. 7: 6; 1 Sam. 4: 12; 2 Sam. 15: 32; Job 2: 12).
Hizo reverencia.
El mensajero era amalecita (ver com. vers. 13), de la misma raza del pueblo que había atacado el campamento de David, y a quien recientemente éste había vencido (1 Sam. 30: 1, 17, 18). Sin embargo, su padre moraba en Israel y evidentemente el hombre estaba enrolado en el ejército de Saúl (ver com. vers. 3). Su acto de reverencia quizá fue para reconocer el nuevo cargo de David como caudillo de Israel.
3. Del campamento.
Se ha puesto en duda si este amalecita había sido uno de los soldados de Saúl. Algunos han pensado que la expresión "casualmente vine al monte de Gilboa" (vers. 6) indica que su presencia allí era accidental. Pero difícilmente los viajeros andan por casualidad en el epicentro de una batalla, y la expresión "casualmente" se entiende mejor como que significara que en el curso de la batalla se encontró al azar con Saúl cuando éste estaba herido.
4. ¿Qué ha acontecido?
La presencia del joven -con los vestidos rasgados y con tierra sobre la cabeza (vers. 2)- demostraba que Israel había sufrido una derrota desastrosa. David estaba ansioso de conocer los detalles.
6. Casualmente vine.
El relato del joven no concuerda con la narración de la muerte de Saúl tal como se presenta en 1 Sam. 31: 3- 6 (ver com. 1 Sam. 31: 4). El amalecita inventó su embuste con el propósito de obtener una recompensa, pensando que lo que pretendía haber hecho sería alabado por David.
10. La corona.
Es evidente que el amalecita fue uno de los primeros que encontraron el cuerpo de Saúl, puesto que pudo recobrar la corona y la argolla. Las presentó como una prueba positiva de que Saúl estaba muerto. Al ofrecer a David esos emblemas de la realeza, 603 el joven demostraba que lo reconocía como al futuro rey. Esperaba una rica recompensa por su trabajo.
11. Los rasgó.
Este acto reveló la verdadera grandeza del futuro rey de Israel. David se lamentó con un dolor genuino. Aunque Saúl había procurado matar a su supuesto rival, David no albergaba ningún mal sentimiento para con él. Esta reacción de David no es la respuesta natural del corazón humano, sino una indicación del amor y de la compasión de Dios que puede albergar un alma humana. Como verdadero israelita, David lloró la muerte del rey, y como amigo personal, lamentó la pérdida de Jonatán por quien sentía un profundo afecto.
12. Por el pueblo.
Saúl no había caído solo. Muchos de los hijos de Israel habían caído con él. Aquí se los denomina "el pueblo de Jehová", una parte de la iglesia de la cual también era miembro David, y que -no obstante sus defectos- Cristo amaba y protegía fervientemente. La muerte de algunos a quienes David consideraba como sus amigos y hermanos lo llenó del más agudo dolor.
13. ¿De dónde eres tú?
Mientras David se lamentaba por Saúl, el amalecita quedó allí sin hacer nada, incapaz de comprender el significado de la escena. Reponiéndose de su primer impacto de dolor, David se volvió al joven que estaba delante de él, en procura de más detalles en cuanto al crimen que el amalecita había confesado.
Extranjero.
Heb. ger , literalmente "transeúnte". Su padre era amalecita que "estaba de paso" como residente extranjero en Israel.
14. No tuviste temor.
Dos veces David había tenido la oportunidad de quitar la vida a Saúl, pero había rehusado levantar la mano contra el ungido de Jehová. Consideraba que el acto de asesinar a un rey era un crimen vil, tanto contra la nación como contra Dios. Juzgó David que era la falta más atroz, y que sólo podía expiarse con la muerte el que un extranjero hubiese muerto al rey, a quien Dios había escogido y ungido con el óleo santo de Jehová.
15. Ve y mátalo.
El crimen que había confesado el amalecita merecía la muerte, y fue condenado por sus propias palabras. Lo más probable es que David habría sido considerado inocente al dictar la sentencia, aunque era obvio que el joven no había matado a Saúl (ver com. vers. 6). En este caso, la evidencia estaba más allá de toda duda, y el castigo fue rápidamente ejecutado con toda buena fe.
17. Esta endecha.
En su profundo y genuino dolor por Saúl y Jonatán, David expresó su pesar mediante un poema conmovedor que revelaba su plena sinceridad y la nobleza de su carácter. En esta endecha fúnebre, David rindió su tributo final al valor y poder de Saúl, y manifestó su profundo afecto por su amigo Jonatán. No hay ningún pensamiento de amargura, ningún rastro de maldad, ningún regocijo por la desaparición de un enemigo que por largo tiempo había frustrado sus esperanzas de una vida de paz y tranquilidad en su propio país. Compárese con la endecha mucho más corta que pronunció David cuando murió Abner (cap. 3: 33, 34).
18. Debía enseñarse a los hijos de Judá.
No es claro el significado exacto de esta cláusula en hebreo. La BJ ed. de 1967, reza así: " "Está escrita en el libro del justo, para que sea enseñada a los hijos de Judá" " , y añade en nota de pie de página: "Restablecemos el orden de las palabras del v. conforme al sentido".
Libro de Jaser.
"Del justo" (nota de pie de página de la RVR). Ya se alude a este libro en Jos. 10: 13, en ocasión de la victoria de los israelitas, comandados por Josué, en el valle de Ajalón. Poco se sabe acerca de ese libro. Parece haber sido una colección de cantos que relataba sucesos memorables que se referían a hombres notables de los albores de la historia de Israel. La oda de David sobre la muerte de Saúl y Jonatán parece haber estado insertada en este volumen (ver com. Jos. 10: 13).
19. La gloria.
Heb. tsebi . Literalmente, "belleza" u "honor". La LXX toma esta palabra hebrea como si procediera de la raíz natsab, que significa "erigir", como en el caso de una columna, y traduce la cláusula: "Erige una columna, oh Israel, por los muertos".
Los valientes.
Ver vers. 25. La oda consta de dos partes. La primera trata de Saúl y Jonatán (vers. 19-24), y la segunda sólo de Jonatán (vers. 25, 26).
20. Gat.
La ciudad real de Aquis (1 Sam. 21: 10, 12; 27: 2- 4), donde había residido el mismo David. La expresión "no lo anunciéis en Gat" parece haberse convertido en un proverbio (ver Miq. 1: 10).
Ascalón.
Una de las principales ciudades de los filisteos. Poéticamente Gat y Ascalón representaban a toda Filistea. 604
Las hijas.
Era usual que las mujeres celebraran las grandes liberaciones y los triunfos nacionales (Exo. 15: 21; 1 Sam. 18: 6).
Los incircuncisos.
Término particularmente adecuado para los filisteos, que no eran semíticos, y que frecuentemente se aplicaba así (ver Juec. 14: 3; 15: 18; 1 Sam. 14: 6; 17: 26, 36; 31: 4; 1 Crón. 10: 4). Ver com. Gén. 17: 11 en cuanto a otros pueblos que practicaban la circuncisión, además de los hebreos.
21. Ni rocío.
El rocío y la lluvia fertilizan la tierra. Despojar de sus cosechas a la región donde fueron muertos Saúl y Jonatán hubiera sido la calamidad máxima que David podía invocar. Hay maldiciones poéticas apasionadas, similares a ésta, en Job 3: 3- 10; Jer. 20: 14-18.
Tierras de ofrendas.
"Campos de perfidia" (BJ). No es claro el significado de esta frase. La LXX reza: "Campos de primeros frutos". Se trata de alguna forma de maldición invocada sobre el campo de Gilboa que una vez fue fértil, una imprecación para que el suelo fuera tan árido que nada creciera en él, ni siquiera los primeros frutos: la calamidad máxima que podía sobrevenir a la tierra.
Fue desechado.
Heb. nig'al . De la raíz ga'al, "aborrecer", "detestar". La palabra también podría traducirse "profanado". Este último significado pareciera ser el que requiere el contexto. La afirmación se referiría entonces a que esos escudos fueron profanados con sangre.
Ungido con aceite.
"Ungido no de aceite" (vers. 22 BJ). Las palabras "como si no hubiera sido" no están en el hebreo. (Tampoco figuran en la BJ.) El hebreo dice sencillamente: "El escudo de Saúl no ungido con aceite". Era una costumbre antigua ungir el escudo antes de ir a la batalla (ver Isa. 21: 5). En vez de estar ungido y listo para la batalla, el escudo de Saúl yacía profanado con sangre.
22. Ni ... volvió vacía.
Las victorias de encuentros previos contrastaban con la desastrosa derrota actual.
23. En su vida.
"Ni en vida ni en muerte separados" (BJ). Esta última traducción concuerda muy bien con el hebreo. La LXX dice: "Saúl y Jonatán, los amados y los bellos, no fueron divididos; hermosos en su vida, y en su muerte no fueron divididos". A pesar de la amistad de Jonatán con David y de los temerarios atentados de Saúl contra la vida de su hijo, Jonatán había permanecido con su padre como un príncipe leal, y estuvo con él riñendo las batallas del reino, cuando la muerte les sobrevino a ambos.
Más ligeros eran que águilas.
Ver Deut. 28: 49; Jer. 4: 13; Lam. 4: 19; Hab. 1: 8.
24. Hijas.
Las mujeres de Israel se habían regocijado en la hora del triunfo (1 Sam. 18: 6, 7); ahora debían lamentar a los héroes caídos en la hora de la derrota.
De escarlata.
Ver Prov. 31: 21. Al volver de sus victorias, Saúl compartía su botín con la gente, y como resultado las mujeres de Israel disfrutaban de artículos de lujo: escarlata, oro y otros "deleites".
25. ¡Cómo han caído los valientes!
El poeta repite tres veces este estribillo (ver vers. 19, 27). La repetición de la misma idea corresponde con el espíritu de la elegía, puesto que el dolor se concentra en el tema central de su pasión, expresándose vez tras vez con las mismas amargas melodías.
26. Más maravilloso ... que el amor de las mujeres.
Con esta conmovedora expresion David demostró la profundidad y sinceridad del amor de Jonatán. Este sufrió la pérdida de la corona y del reino debido a su amor por David.
El verdadero amor consiste en pensar en otros, cuidar a otros, servir a otros. El egoísmo consiste en requerir de otros lo que uno mismo no está dispuesto a hacer. Para Jonatán, la amistad de David significó más que la fama y la fortuna.
CBA T2
Esta declaración es el eslabón natural que vincula los acontecimientos de 1 Sam. 30 y 31 con los que ahora se van a narrar. No hay una interrupción entre los dos libros de Samuel. Los sucesos de este capítulo son una continuación de la historia precedente sin solución de continuidad.
La muerte de Saúl.
Este suceso fue decisivo para que David subiera al trono. En ocasión de la batalla fatal entre Saúl y los filisteos, David había estado empeñado en su ataque a los amalecitas que habían saqueado a Siclag (1 Sam. 30). Pasó algún tiempo ántes que supiera de la muerte de Saúl.
2. Al tercer día.
Es decir, al tercer día después de que David volvió a Siclag, no necesariamente el tercer día después de la muerte de Saúl.
Rotos sus vestídos.
Como para indicar dolor por la derrota que había sobrevenido al pueblo de David (ver Jos. 7: 6; 1 Sam. 4: 12; 2 Sam. 15: 32; Job 2: 12).
Hizo reverencia.
El mensajero era amalecita (ver com. vers. 13), de la misma raza del pueblo que había atacado el campamento de David, y a quien recientemente éste había vencido (1 Sam. 30: 1, 17, 18). Sin embargo, su padre moraba en Israel y evidentemente el hombre estaba enrolado en el ejército de Saúl (ver com. vers. 3). Su acto de reverencia quizá fue para reconocer el nuevo cargo de David como caudillo de Israel.
3. Del campamento.
Se ha puesto en duda si este amalecita había sido uno de los soldados de Saúl. Algunos han pensado que la expresión "casualmente vine al monte de Gilboa" (vers. 6) indica que su presencia allí era accidental. Pero difícilmente los viajeros andan por casualidad en el epicentro de una batalla, y la expresión "casualmente" se entiende mejor como que significara que en el curso de la batalla se encontró al azar con Saúl cuando éste estaba herido.
4. ¿Qué ha acontecido?
La presencia del joven -con los vestidos rasgados y con tierra sobre la cabeza (vers. 2)- demostraba que Israel había sufrido una derrota desastrosa. David estaba ansioso de conocer los detalles.
6. Casualmente vine.
El relato del joven no concuerda con la narración de la muerte de Saúl tal como se presenta en 1 Sam. 31: 3- 6 (ver com. 1 Sam. 31: 4). El amalecita inventó su embuste con el propósito de obtener una recompensa, pensando que lo que pretendía haber hecho sería alabado por David.
10. La corona.
Es evidente que el amalecita fue uno de los primeros que encontraron el cuerpo de Saúl, puesto que pudo recobrar la corona y la argolla. Las presentó como una prueba positiva de que Saúl estaba muerto. Al ofrecer a David esos emblemas de la realeza, 603 el joven demostraba que lo reconocía como al futuro rey. Esperaba una rica recompensa por su trabajo.
11. Los rasgó.
Este acto reveló la verdadera grandeza del futuro rey de Israel. David se lamentó con un dolor genuino. Aunque Saúl había procurado matar a su supuesto rival, David no albergaba ningún mal sentimiento para con él. Esta reacción de David no es la respuesta natural del corazón humano, sino una indicación del amor y de la compasión de Dios que puede albergar un alma humana. Como verdadero israelita, David lloró la muerte del rey, y como amigo personal, lamentó la pérdida de Jonatán por quien sentía un profundo afecto.
12. Por el pueblo.
Saúl no había caído solo. Muchos de los hijos de Israel habían caído con él. Aquí se los denomina "el pueblo de Jehová", una parte de la iglesia de la cual también era miembro David, y que -no obstante sus defectos- Cristo amaba y protegía fervientemente. La muerte de algunos a quienes David consideraba como sus amigos y hermanos lo llenó del más agudo dolor.
13. ¿De dónde eres tú?
Mientras David se lamentaba por Saúl, el amalecita quedó allí sin hacer nada, incapaz de comprender el significado de la escena. Reponiéndose de su primer impacto de dolor, David se volvió al joven que estaba delante de él, en procura de más detalles en cuanto al crimen que el amalecita había confesado.
Extranjero.
Heb. ger , literalmente "transeúnte". Su padre era amalecita que "estaba de paso" como residente extranjero en Israel.
14. No tuviste temor.
Dos veces David había tenido la oportunidad de quitar la vida a Saúl, pero había rehusado levantar la mano contra el ungido de Jehová. Consideraba que el acto de asesinar a un rey era un crimen vil, tanto contra la nación como contra Dios. Juzgó David que era la falta más atroz, y que sólo podía expiarse con la muerte el que un extranjero hubiese muerto al rey, a quien Dios había escogido y ungido con el óleo santo de Jehová.
15. Ve y mátalo.
El crimen que había confesado el amalecita merecía la muerte, y fue condenado por sus propias palabras. Lo más probable es que David habría sido considerado inocente al dictar la sentencia, aunque era obvio que el joven no había matado a Saúl (ver com. vers. 6). En este caso, la evidencia estaba más allá de toda duda, y el castigo fue rápidamente ejecutado con toda buena fe.
17. Esta endecha.
En su profundo y genuino dolor por Saúl y Jonatán, David expresó su pesar mediante un poema conmovedor que revelaba su plena sinceridad y la nobleza de su carácter. En esta endecha fúnebre, David rindió su tributo final al valor y poder de Saúl, y manifestó su profundo afecto por su amigo Jonatán. No hay ningún pensamiento de amargura, ningún rastro de maldad, ningún regocijo por la desaparición de un enemigo que por largo tiempo había frustrado sus esperanzas de una vida de paz y tranquilidad en su propio país. Compárese con la endecha mucho más corta que pronunció David cuando murió Abner (cap. 3: 33, 34).
18. Debía enseñarse a los hijos de Judá.
No es claro el significado exacto de esta cláusula en hebreo. La BJ ed. de 1967, reza así: " "Está escrita en el libro del justo, para que sea enseñada a los hijos de Judá" " , y añade en nota de pie de página: "Restablecemos el orden de las palabras del v. conforme al sentido".
Libro de Jaser.
"Del justo" (nota de pie de página de la RVR). Ya se alude a este libro en Jos. 10: 13, en ocasión de la victoria de los israelitas, comandados por Josué, en el valle de Ajalón. Poco se sabe acerca de ese libro. Parece haber sido una colección de cantos que relataba sucesos memorables que se referían a hombres notables de los albores de la historia de Israel. La oda de David sobre la muerte de Saúl y Jonatán parece haber estado insertada en este volumen (ver com. Jos. 10: 13).
19. La gloria.
Heb. tsebi . Literalmente, "belleza" u "honor". La LXX toma esta palabra hebrea como si procediera de la raíz natsab, que significa "erigir", como en el caso de una columna, y traduce la cláusula: "Erige una columna, oh Israel, por los muertos".
Los valientes.
Ver vers. 25. La oda consta de dos partes. La primera trata de Saúl y Jonatán (vers. 19-24), y la segunda sólo de Jonatán (vers. 25, 26).
20. Gat.
La ciudad real de Aquis (1 Sam. 21: 10, 12; 27: 2- 4), donde había residido el mismo David. La expresión "no lo anunciéis en Gat" parece haberse convertido en un proverbio (ver Miq. 1: 10).
Ascalón.
Una de las principales ciudades de los filisteos. Poéticamente Gat y Ascalón representaban a toda Filistea. 604
Las hijas.
Era usual que las mujeres celebraran las grandes liberaciones y los triunfos nacionales (Exo. 15: 21; 1 Sam. 18: 6).
Los incircuncisos.
Término particularmente adecuado para los filisteos, que no eran semíticos, y que frecuentemente se aplicaba así (ver Juec. 14: 3; 15: 18; 1 Sam. 14: 6; 17: 26, 36; 31: 4; 1 Crón. 10: 4). Ver com. Gén. 17: 11 en cuanto a otros pueblos que practicaban la circuncisión, además de los hebreos.
21. Ni rocío.
El rocío y la lluvia fertilizan la tierra. Despojar de sus cosechas a la región donde fueron muertos Saúl y Jonatán hubiera sido la calamidad máxima que David podía invocar. Hay maldiciones poéticas apasionadas, similares a ésta, en Job 3: 3- 10; Jer. 20: 14-18.
Tierras de ofrendas.
"Campos de perfidia" (BJ). No es claro el significado de esta frase. La LXX reza: "Campos de primeros frutos". Se trata de alguna forma de maldición invocada sobre el campo de Gilboa que una vez fue fértil, una imprecación para que el suelo fuera tan árido que nada creciera en él, ni siquiera los primeros frutos: la calamidad máxima que podía sobrevenir a la tierra.
Fue desechado.
Heb. nig'al . De la raíz ga'al, "aborrecer", "detestar". La palabra también podría traducirse "profanado". Este último significado pareciera ser el que requiere el contexto. La afirmación se referiría entonces a que esos escudos fueron profanados con sangre.
Ungido con aceite.
"Ungido no de aceite" (vers. 22 BJ). Las palabras "como si no hubiera sido" no están en el hebreo. (Tampoco figuran en la BJ.) El hebreo dice sencillamente: "El escudo de Saúl no ungido con aceite". Era una costumbre antigua ungir el escudo antes de ir a la batalla (ver Isa. 21: 5). En vez de estar ungido y listo para la batalla, el escudo de Saúl yacía profanado con sangre.
22. Ni ... volvió vacía.
Las victorias de encuentros previos contrastaban con la desastrosa derrota actual.
23. En su vida.
"Ni en vida ni en muerte separados" (BJ). Esta última traducción concuerda muy bien con el hebreo. La LXX dice: "Saúl y Jonatán, los amados y los bellos, no fueron divididos; hermosos en su vida, y en su muerte no fueron divididos". A pesar de la amistad de Jonatán con David y de los temerarios atentados de Saúl contra la vida de su hijo, Jonatán había permanecido con su padre como un príncipe leal, y estuvo con él riñendo las batallas del reino, cuando la muerte les sobrevino a ambos.
Más ligeros eran que águilas.
Ver Deut. 28: 49; Jer. 4: 13; Lam. 4: 19; Hab. 1: 8.
24. Hijas.
Las mujeres de Israel se habían regocijado en la hora del triunfo (1 Sam. 18: 6, 7); ahora debían lamentar a los héroes caídos en la hora de la derrota.
De escarlata.
Ver Prov. 31: 21. Al volver de sus victorias, Saúl compartía su botín con la gente, y como resultado las mujeres de Israel disfrutaban de artículos de lujo: escarlata, oro y otros "deleites".
25. ¡Cómo han caído los valientes!
El poeta repite tres veces este estribillo (ver vers. 19, 27). La repetición de la misma idea corresponde con el espíritu de la elegía, puesto que el dolor se concentra en el tema central de su pasión, expresándose vez tras vez con las mismas amargas melodías.
26. Más maravilloso ... que el amor de las mujeres.
Con esta conmovedora expresion David demostró la profundidad y sinceridad del amor de Jonatán. Este sufrió la pérdida de la corona y del reino debido a su amor por David.
El verdadero amor consiste en pensar en otros, cuidar a otros, servir a otros. El egoísmo consiste en requerir de otros lo que uno mismo no está dispuesto a hacer. Para Jonatán, la amistad de David significó más que la fama y la fortuna.
CBA T2
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