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CBA - Libro de Nehemías Capítulo 13


CBA Libro de Nehemías Capítulo 13
1. Aquel día.

Debe entenderse "en aquel tiempo" (BJ). Según lo que dice el vers. 6, los acontecimientos narrados en el cap. 13 sucedieron durante el segundo gobierno de Nehemías, después de que estuvo un tiempo ausente de Judea.

Se leyó.

No queda claro si esta lectura de la ley fue la que prescribían las ordenanzas de la fiesta de los tabernáculos (Deut. 31: 10 -13; ver com. Neh. 8: 1, 8, 18), o si Nehemías mandó que se leyera la ley debido a las condiciones que encontró en Judea, las cuales necesitaban ser corregidas con urgencia.

Fue hallado escrito.

Se presenta todo el contenido de esta orden de Deut. 23: 3-5, aunque su forma es algo abreviada.

2. Volvió la maldición.

Respecto a Balaam, ver Núm. 22-24. Sus maldiciones fueron transformadas en bendiciones (Núm. 24: 10).

3. Los mezclados con extranjeros.

Heb. 'éreb . En Exo. 12: 38 se aplica esta palabra a los egipcios que se unieron con los israelitas. Aquí designa a los que no eran judíos, de diversas nacionalidades, que residían entre los 451 israelitas. Es posible que éste fuera un procedimiento similar al que antes se realizo en tiempo de Esdras (Esd. 10: 10-19). Puesto que esta acción se menciona de nuevo en el vers. 30, y se pronuncia una severa reprensión contra los matrimonios con paganos (vers. 25-27), es de suponer que no era un procedimiento fácil. Cuando se trata de asuntos que la gente considera privados, muchas veces se suscitan sentimientos desagradables.

4. Había emparentado con Tobías.

Eliasib era sumo sacerdote ver caps. 3: 1; 12: 10, 22; 13: 28); Tobías era el amonita enemigo de Nehemías que había procurado impedir que se construyera el muro durante el primer gobierno de Nehemías (cap. 2: 10, 19, etc.). Por lo general, se considera que este parentesco era político.

5. Una gran cámara.

Como sumo sacerdote, Eliasib estaba encargado de toda la zona de templo, y durante la ausencia de Nehemías había cedido a Tobías una de las mejores habitaciones del templo. Evidentemente, éste la usaba como residencia (Vers. 8). Durante el gobierno de Nehemías, Tobías mantuvo correspondencia con los dirigentes de Jerusalén, pero no pudo entrar en la ciudad. Una vez que el gobernador se hubo ausentado, no sólo logró entrar en la ciudad, sino también vivió en el templo. Tal profanación era algo inaudito, tanto más porque la "cámara" donde residía había sido destinada a recibir las ofrendas y las dádivas del pueblo.

6. Mas a todo esto.

"Cuando sucedía esto" (BJ). Es decir, mientras transcurría esto entre Eliasib y Tobías.

En el año treinta y dos.

Ver com. cap. 5: 14.

Rey de Babilonia.

Este título había correspondido a Ciro, Cambises, Darío I y Jerjes durante los primeros años de su reinado. Pero fue oficialmente abolido por Jerjes después de las dos rebeliones que ocurrieron durante su reinado. Tal vez Nehemías emplea el título que por tanto tiempo había acostumbrado usar para referirse al rey de Persia.

Al cabo de algunos días.

Literalmente, "al fin de días", lo que denota el fin de un período definido (ver, com, Gén. 4: 3). La opinión de algunos comentadores de que se trata de un año, no tiene solidez. Nehemías sin duda permaneció más de un año en la corte de Persia, porque sería difícil concebir que la comunidad judía hubiera cometido en tan poco tiempo tantos actos ilegales como los que descubrió Nehemías a su regreso.

Permiso.

Este es el único pasaje que indica que Nehemías gobernó durante dos períodos. El primero fue de 12 años (cap. 5: 14), pero no hay ninguna indicación de la duración del segundo. Debe haber concluido antes de 407 AC, porque una carta elefantina muestra que en esa fecha el gobernador de Judea era Bigvai (ver com. cap. 12: 11).

7. En los atrios.

La habitación que Eliasib había cedido a Tobías no se encontraba en el edificio principal del templo, sino en uno de los edificios adyacentes, dentro del sagrado recinto de la zona del templo. Sin duda, esto hacía que la profanación fuera menos escandalosa, pero de ningún modo justificaba el hecho.

8. Los muebles de la casa.

Al parecer, Tobías usaba la "cámara" como residencia cuando llegaba a Jerusalén de vez en cuando.

9. Dije que limpiasen las cámaras.

Los versículos anteriores (vers. 5, 7, 8) parecerían indicar que Tobías había usado una "cámara", pero el plural de este versículo parecería señalar que, además del aposento grande o salón del vers. 5, había empleado otras habitaciones. Estas otras "cámaras" pueden haber sido más pequeñas, y quizá fueron dadas por Tobías a miembros de su familia o de su comitiva. Estas habitaciones habían sido profanadas por el uso secular y era necesario hacer una purificación ceremonial. Esto podía realizarse de diversos modos, aunque generalmente se lo hacía con el ritual simbólico de la sangre o del agua (Lev. 12; 14: 4-32; 17: 15, 16; etc.).

10. Encontré.

Nehemías vio que los levitas estaban ausentes y que se habían descuidado los servicios del templo. Al preguntar, se enteró de la razón de la ausencia de los levitas: no se había pagado diezmo. Puesto que los levitas vivían de los diezmos y de las primicias, cuando el pueblo lo retuvo, tuvieron que ganarse la vida en los campos que rodeaban los pueblos y las aldeas donde vivían.

11. Entonces reprendí.

Si bien la culpa de la profanación del templo era mayormente de los sacerdotes, la de haber retenido los diezmos correspondía principalmente a los nobles y dirigentes. Como dirigentes sin duda habían dado un mal ejemplo para el pueblo y sobre todo eran culpables de las condiciones deplorables que Nehemías encontró al regresar a Jerusalén.

13. Puse por mayordomos.

Una vez más los diezmos comenzaron a llegar a la tesorería del templo (vers. 12) para el sostén de los ministros. El problema que afrontaba Nehemías era el de asegurar una distribución equitativa, a fin de que cada uno tuviera su parte justa, y no se descuidara a ninguno (ver Hech. 6: 1-5).

Selemías.

De los cuatro mayordomos, que representaban las diferentes clases sociales, uno era sacerdote, uno levita, uno escriba, y uno un laico importante. No puede identificarse a las personas mencionadas, aunque varios de los nombres aparecen en otros pasajes de Nehemías. En Esd. 10: 39, 41; Neh. 3: 30 aparecen hombres llamados Selemías, pero probablemente no se trata del mismo personaje de este pasaje. Pedaías puede haber sido el mismo que se menciona en cap. 8: 4, el que explicó la ley junto con Esdras. Hanán era un nombre común (Neh. 8: 7; 10: 10, 22), pero el personaje aquí designado no parece mencionarse en otros pasajes. En Nehemías aparecen tres hombres de nombre Sadoc (caps. 3: 4, 29; 10: 21), pero no puede asegurarse que alguno de ellos corresponda a este "escriba".

Escriba.

Heb. sofer , "el que escribe", o sea, un secretario.

14. Acuérdate de mí.

Se registran pedidos similares de Nehemías (caps. 5: 19; 13: 31, etc.).

15. En aquellos días.

Una indicación indefinida de tiempo, como otras (caps. 12: 44; 13: 1). Probablemente indica un momento algo posterior a los acontecimientos recién descritos. Tal vez Nehemías recorrió el campo para observar cómo se guardaba el sábado.

Los amonesté.

El pisar las uvas en el lagar era el primer paso en la producción de vino, y por lo tanto constituía una flagrante violación del cuarto mandamiento. Lo mismo se aplicaba para los que transportaban productos agrícolas a la capital para su venta. Algunos comentadores han pensado que se necesitaba transportar el grano para que pudiera estar en la ciudad para venderlo temprano a la mañana siguiente. Pero la ley no disponía nada en cuanto a tales actividades. En el vers. 16 se afirma que se realizaban verdaderas ventas en el día sábado. Por lo tanto, la última parte del vers. 15 deberá entenderse como que indica que Nehemías los amonestó en ese día, en sábado, cuando habían transportado mercaderías a Jerusalén y estaban realmente vendiéndolas.

16. Tirios.

La ley no prohibía que los extranjeros residieran en Jerusalén, y Nehemías no objetó que los tirios vivieran en la ciudad.

Que traían pescado.

El pescado siempre fue un alimento predilecto de los israelitas (Lev. 11: 9; Núm. 11: 5; Deut, 14: 9; Isa. 19: 10; Mat. 15: 34; Luc. 24: 42; etc.). El pescado se llevaba mayormente del mar de Galilea y del Mediterráneo.

17. Respondí.

Así como no pagaban los diezmos, los nobles también parecen haber tenido la culpa de que no se observara debidamente el sábado, ya fuera porque no habían intentado detener el comercio realizado en ese día, o porque ellos mismos vendían y compraban.

18. ¿No hicieron así vuestros padres?

La profanación del sábado está entre los pecados que Jeremías (cap. 17: 21-27) y Ezequiel (caps. 20: 13; 22: 8, 26; 23: 28) censuraron con mayor énfasis. Según Amós (cap. 8: 5), se observaba el sábado más de acuerdo con la letra de la ley que con su espíritu. Nehemías también recordó a los judíos que las grandes calamidades sufridas en tiempo de Nabucodonosor fueron el resultado de que sus antepasados habían violado el cuarto mandamiento, tal como lo había predicho Jeremías (cap. 17: 27). Es probable que Nehemías recordara esa profecía.

19. Cuando iba oscureciendo.

Heb. tsalal , "ponerse sombrío". Desde la creación, el día bíblico ha comenzado a la puesta del sol (ver com. Gén. 1: 5). Las fiestas especiales se observaban "de tarde a tarde" (Lev. 23: 32). Lo mismo ocurría con el sábado semanal (ver com. Mar. 1: 32). Por eso Nehemías dictaminó que las puertas de la ciudad debían cerrarse algún tiempo antes de que comenzara el sábado. Al hacer esto, se proponía proteger los "extremos" de las sagradas horas del santo sábado de Dios. Es una profanación del espíritu del sábado el ocuparse de cosas seculares hasta el último momento permitido.

Algunos de mis criados.

Ver caps. 4: 16; 5: 16.

No introdujeron carga.

Quizá se permitía 453 que la gente entrara y saliera, siempre que estuviera ocupada en actividades sabáticas legítimas, pero se pusieron guardas para inpedir el transporte de mercaderías en sábado.

20. Se quedaron fuera.

Al llegar en día sábado y encontrar las puertas cerradas, los mercaderes esperaron afuera y quizá realizaron allí las ventas que de otro modo habían efectuado dentro de la ciudad. Por lo tanto, el cerrar las puertas ocasionó el traslado de la actividad comercial de la plaza del mercado, dentro de la ciudad, a un lugar fuera de las puertas. Durante dos sábados hicieron esto. Entonces Nehemías lo vio, y le paso fin. Amenazó con arrestar a los mercaderes que otra vez se hallasen cerca de la ciudad con sus mercaderías en día sábado (vers. 21).

22. Guardar las puertas.

La designación de sus propios criados como guardianes de las puertas (vers. 19) en el día sábado tal vez fue una medida transitoria. La tarea permanente fue asignada a los levitas a quienes Nehemías recientemente había traído de nuevo a la ciudad (vers. 11). Se les confió ese deber cuando se colocaron las puertas (cap. 7: 1) porque los levitas, desprovistos de sostén financiero, habían abandonado sus deberes en Jerusalén para ganarse la vida en el campo. Después de haberse dedicado por algún tiempo a trabajos seculares, los levitas debieron purificarse antes de atender sus ocupaciones sagradas.

Acuérdate.

Ver com. vers. 14, 31.

23. En aquellos días.

Cf. com. vers. 15. Nehemías registra en detalle lo que había hecho (vers. 1-3) en cuanto a los matrimonios mixtos. Cuando llegó de vuelta a Jerusalén, sus atentos ojos habían observado que muchos judíos habían vuelto a caer en el mismo pecado que Esdras había combatido cuando llegó a Jerusalén en 457 AC (Esd. 9, 10). Esto se había mencionado específicamente en el pacto convenido poco después del comienzo de su primer período como gobernador (Neh. 9: 38; 10: 1, 30). Mientras Nehemías permaneció en Judea, tal vez no hubo serias violaciones del pacto, pero en cuanto se fue de Judea, sin duda los judíos comenzaron otra vez a tomar esposas extranjeras.

Mujeres de Asdod.

Esposas filisteas, de una raza que siempre había sido hostil a Israel, y oriundas de una ciudad que recientemente había estado aliada con los acérrimos enemigos de Nehemías (cap. 4: 7).

Amonitas y moabitas.

Cf. Esd. 9: 1 y Neh. 13: 1.

24. Sus hijos.

Si los matrimonios habían sido concertados después de la partida de Nehemías, y a su regreso encontró que los hijos de esos matrimonios ya sabían hablar, debe haber estado ausente de Jerusalén por espacio de varios años.

La mitad de sus hijos.

Es probable que muchas de esas mujeres fueran segundas esposas. Los hijos de las mujeres judías hablaban "judaico", pero los de las esposas extranjeras hablaban el idioma materno. De este modo, la mitad de los hijos de una misma familia podrían hablar otro idioma. En esta época la "lengua de Asdod" ( "asdodeo" , BJ) no era el idioma filisteo autóctono, sino el arameo, que se hablaba por todo el imperio Persa. Es probable que Nehemías, que como funcionario persa sin duda hablaba arameo, no se opusiera a que la gente hablara ese idioma, sino estaba indignado por algunos de los niños no hablaban correctamente el hebreo. Los idiomas de los moabitas y amonitas eran dialectos muy similares al hebreo, pero la diferencia podía notarse, y Nehemías se sintió muy afligido porque esos dialectos extranjeros se estaban afianzando en judea.

25. Los maldije.

la gravedad de la situación, y la peligrosa tendencia que representaba, pesaba mucho sobre Nehemías, y lo indujo a tomar las medidas aquí descritas.

Les arranqué los cabellos.

Esdras se había arrancado pelos de la cabeza y la barba en señal de profunda angustia. (Esd. 9: 3). El arrancar el cabello a otro parece haber sido una forma reconocida de castigo (Isa. 50: 6). La pérdida de la barba se consideraba como una gran desgracia (2 Sam. 10: 4).

26. ¿No pecó por esto Salomón?

Este ejemplo era el que más podía conmover a los judíos que cualquier otro. El autor de 1 Rey. 11: 3 emplea un eufemismo; dice que las mujeres "desviaron su corazón", pero Nehemías dice brusca y llanamente que eso era "pecado".

No hubo rey como él.

Cf. 1 Rey. 3: 12, 13; 2 Crón. 1: 12.

Amado de su Dios.

Alusión a 2 Sam. 12: 24.

Dios lo había puesto por rey.

1 Rey. 4: 1.

27. ¿Y obedeceremos a vosotros?

Mediante esta pregunta Nehemías dijo a los transgresores 454 que él y los que compartían su opinión no adoptarían las prácticas que auspiciaban esos hombres, ni les permitirían que lo hicieran ellos mismos. El ejemplo de Salomón era una advertencia suficiente en cuanto a los resultados de tal conducta.

28. Los hijos de Joiada.

Difícilmente el culpable podría ser Johanán o Jonatán (cap. 12: 10, 11), sucesor de Joiada, sino algún otro hijo, cuyo nombre no aparece en el registro. Si tenía un nieto de edad de casarse, en este tiempo Eliasib el sumo sacerdote debe haber sido muy anciano. A Nehemías le resultaba sumamente chocante y humillante que un miembro de la familia del sumo sacerdote hubiera echo tal alianza con su acérrimo enemigo.

Sanbalat.

Ver com. cap. 2: .0. En cuanto a las indignas relaciones de Eliasib con Tobías, el otro enemigo de Nehemías, ver cap. 13: 4-9.

Lo ahuyenté de mí.

Es probable que esto signifique que Nehemías obligó al culpable a abandonar el país como exiliado. Podemos suponer que se negó a repudiar a su esposa extranjera y prefirió refugiarse con Sanbalat en Samaria

29. Contaminan el sacerdocio.

Nehemías consideraba que tal matrimonio de un miembro de la familia del sumo sacerdote constituía una contaminación del sacerdocio, pues se oponía en principio a la santidad del oficio sacerdotal (ver, Lev. 21: 7, 14).

El pacto del sacerdocio.

No el pacto "del sacerdocio perpetuo" que Dios había concedido a Finees (Núm. 25: 13), sino el pacto que Dios había hecho con la tribu de Leví y con Aarón y sus descendientes (Exo. 28: 1). Este pacto requería que los sacerdotes fueran santos "a su Dios" (Lev. 21: 6, 8), quien los había escogido para que fueran ministros de su santuarios y mayordomos de su gracia.

Posiblemente la expulsión del yerno de Sanbalat de Jerusalén pudo estar relacionada con la construcción del templo del cisma de los Samaritanos en el monte Gerizim. Josefo relata ( Antigüedades xi. 7.2) que Manasés, hermano del sumo sacerdote Jadúa, se casó con Nikaso, hija del sátrapa Sanbalat, que era de la ciudad de Cuta. Cuando las autoridades judías lo excluyeron por eso del sacerdocio, con la ayuda de su suegro estableció el templo y el culto en el monte Gerizim. Es de suponer que muchos sacerdotes lo acompañaron. Sin embargo, Josefo hubica este relato en tiempos de Alejandro, aproximadamente un siglo después de Nehemías. Es muy posible que el relato en sí sea verídico, y que el error de Josefo sea solo un anacronismo. Sabemos que él ubica a Sanbalat con 100 años de atraso (ver la pág. 375). Que Josefo dijo que el dirigente cismático fue hermano de Jadúa, y por lo tanto nieto de Joiada, mientras que la Biblia dice que era hijo de Joiada, puede explicarse fácilmente si se supone que Josefo se equivocó o que "uno de los hijos de Joiada" (vers. 28) representa a uno de los nietos de Joiada, como ocurre tantas veces en la Biblia.

30. Los limpié.

Esto se refiere a las medidas descritas en los vers. 1-3 y 23-29.

Puse a los sacerdotes y levitas por sus grupos.

" "Y establecí, para los sacerdotes y levitas, reglamentos que determinaran la tarea de cada uno" " (BJ) (cf. caps. 10: 38, 39; 12: 44-46; 13: 13).

31. La ofrenda de la leña.

Se designaron personas que supervisaran la recolección de la ofrenda de la leña (cap. 10: 34) y de las primicias (cap. 10: 35-37).

Acuérdate de mí.

Nehemías concluye su libro con una expresión característica de su personalidad (caps. 5:19; 13: 14, 22, 29). uno de los rasgos más prominentes de la vida y obra de Nehemías fue su comunión constante e íntima con la Fuente de toda fortaleza y sabiduría. Sus oraciones fueron el secreto de su éxito (caps. 1: 4-11; 2: 4; 4: 4, 5, 9; 5: 19; 6: 9, 14; 13: 14, 22, 29).

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