INTRODUCCIÓN.-
Podría decirse que la conocida advertencia de Samuel a Saúl: " "ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros" " (1 Sam. 15: 22), es el tema de este salmo. Este es un salmo didáctico que mantiene aún su gran valor. La magnífica descripción de un juicio, que bien podría aplicarse al juicio final (vers. 1-6; cf. CS 699), sirve de motivo para que este salmo desarrolle su mensaje de reprensión contra el adorador que cumple las ceremonias religiosas pero que ni es sincero ni tiene buena conducta. El salmo consta de dos partes principales: la condenación de los males del solo formalismo en el culto (vers. 7-15), y la condenación de la hipocresía (vers. 16-21). Una breve conclusión (vers. 22, 23) resume el mensaje del poema.
En cuanto a David como autor de este salmo, ver DTG 401.
Con referencia al sobrescrito, ver págs. 623, 633.
1. El Dios de dioses, Jehová.
Heb. ' El'Elohim Yahweh. Una notable combinación de los nombres de Dios (ver t. 1, págs. 179-181; cf. Jos. 22: 22).
La tierra.
Se llama a todas las naciones a concurrir al juicio como testigos de las iniquidades de Israel.
Desde el nacimiento.
Las declaraciones de este versículo destacan la universalidad. Se convoca a toda la tierra (ver Sal. 113: 3; Isa. 59: 19). La escena que se describe se cumplirá especialmente con la segunda venida de Cristo (Mat. 24: 30; CS 345, 699, 700; PP 352).
Los vers. 1-6 constituyen una introducción sublime, más larga que las que se encuentran generalmente en los salmos.
2. De Sión.
Ver com. Sal. 48: 2.
3. Vendrá.
Es decir, para juzgar, en sentido primario; para contender con los habitantes de la tierra, como lo indica la parte central del salmo. En un sentido muy específico, estas palabras también predicen el juicio final, al concluir la historia del mundo (ver Mat. 25: 31; Hech. 17: 31; 2 Tim. 4: 1; ver com. vers. 1).
No callará.
Dios se pronunciará respecto a la conducta humana.
Fuego.
Es posible que las imágenes sean tomadas de la manifestación de Dios en el monte de Sinaí (ver Exo. 19: 16, 18).
5. Juntadme.
Cuando Jesús venga por segunda vez, los ángeles juntarán a los redimidos (ver Mat. 24: 31).
Mis santos.
Heb. jasid (ver Nota Adicional del Sal. 36). "En medio de la tempestad de los castigos divinos, los hijos de Dios no tendrán ningún motivo para temer" (PP 354).
Sacrificio.
Heb. zebaj, la ofrenda de un animal sacrificado (Gén. 31: 54; 46: 1; Lev. 3: 1; etc.). El antiguo pacto sinaítico se ratificó con la sangre de becerros (Exo. 24: 5-8; cf. Gén. 15: 9-18); pero el nuevo pacto, con la sangre de Cristo (Heb. 9: 18-23; PP 387). Cuando Cristo venga, reunirá a los santos que hayan aceptado el pacto sellado con el sacrificio de Cristo.
Como el término "sacrificio" tiene además la acepción de desprenderse de algo deseable, algunos han empleado este versículo para invitar a la abnegación y a la entrega de ofrendas. Pero el salmista no habla aquí de dádivas de dinero. Si se usa este texto para pedir ofrendas de dinero debe explicarse claramente que se lo hace adaptando el sentido original del mismo para determinar una verdad 762 evidente de por sí.
6. Su justicia.
Este texto se cumplirá finalmente y de modo muy preciso con la segunda venida de Cristo, cuando aparezca "en el cielo una mano que sostiene dos tablas de piedra puestas una sobre otra. . . Esta ley santa, justicia de Dios, . . . se revela ahora a los hombres como norma del juicio" (CS 697).
Dios es el juez.
La justicia humana yerra, muchas veces como cuando se ha absuelto a criminales o se ha condenado a los santos mártires como supuestos culpables de los más terribles crímenes. Pero en el gran día final "Dios es el juez" (ver CS 708), y todos pueden esperar que se hará justicia.
Selah.
Ver pág. 635.
7. Oye.
Dios habla directamente a Israel. En esta sección, el salmista trata principalmente acerca del deber que el ser humano tiene para con Dios y de los males del formalismo en la religión (ver Isa. 1: 11-15).
Testificaré.
El juez también es el demandante.
Dios, el Dios tuyo.
El Dios que ha protegido a su pueblo tiene el derecho de afirmar los principios del verdadero culto, sobre los cuales ha establecido su gobierno.
8. Por tus sacrificios.
El argumento comienza en forma negativa. Dios no acusa a Israel de haber descuidado las formas ni las ceremonias de la religión. Su pecado está en no darse cuenta de que el acto carece de valor cuando no se reconoce su significado ni se lo realiza con espíritu de gratitud y obediencia (ver 1 Sam. 15: 22; Isa. 1: 12-17; Miq. 6: 6-8). Con referencia a las ofrendas públicas y privadas que se mencionan aquí y en los siguientes versículos, ver t. 1, págs. 710-723.
9. Becerros.
Ver Exo. 29: 11, 36; Lev. 4: 4.
10. Mía.
Puesto que todos los animales pertenecen a Dios, ¿por qué habría de necesitar él que los seres humanos le ofrezcan presentes?
12. Si yo tuviese hambre.
Dios no instituyó el sistema de sacrificios para proveerse del sustento con carne de toros o sangre de machos cabríos.
Mío es el mundo.
Ver Sal. 24: 1; 89: 11.
14. Sacrifica.
Del verbo hebreo zabaj, "sacrificar" (ver com. vers. 5). No era aceptable a Dios el simple sacrificio de animales en el sentido que comúnmente daba la gente al verbo "sacrificar". Sólo podía aceptarse el sacrificio proveniente de un corazón lleno de gratitud. El argumento sigue en tono positivo.
Votos.
Ver Sal. 22: 25; 116: 14; cf. Lev. 7: 16. Dios sólo acepta a quienes le obedecen llenos de contrición, amor, gratitud y devoción.
15. Invócame.
Tanto la petición como la alabanza son parte de la verdadera religión. Debiéramos invocar a Dios con corazón sincero. El verdadero servicio a Dios es espiritual y nace del corazón (ver Juan 4: 24).
Te libraré.
Ver Sal. 46: 1.
Me honrarás.
La mejor forma de honrar a Dios es confiar en él, aun cuando no entendamos la forma en que él nos trata.
16. Al malo.
Dios continúa hablando, pero ahora se dirige al malo. Los vers. 16-21 hablan principalmente del deber que el hombre tiene para con su prójimo.
Los vers. 7-15 hablan del formalismo en asuntos religiosos, y los vers. 16-21 tratan de los hipócritas, los que enseñan la ley a otros cuando en realidad ellos mismos la violan.
¿Qué tienes tú que hablar?
Cf. Rom. 2: 17-24.
Tomar mi pacto.
Su desobediencia los había hecho indignos aun de pronunciar las palabras del pacto (ver com. vers. 5).
17. Corrección.
Heb. musar , "disciplina" (ver com. Prov. 1: 2). Los impíos aborrecen la disciplina.
A tu espalda.
El hipócrita demostraba su completo desprecio por las palabras de Dios, echándolas a sus espaldas.
18. Si veías.
Cuando se presentaba la oportunidad de compartir los frutos del robo, estaba listo para participar.
20. Contra tu hermano.
falsedad y la calumnia son más viles cuando la víctima es el pariente más cercano.
21. Yo he callado.
Dios toleró la necedad de los impíos hasta que sobrevino el momento de administrar el castigo.
Como tú.
El hipócrita pensaba que Dios era como él, y que se satisfaría con una religión formal y con la piedad externa, como sin manto para cubrir el pecado interior. Pero Dios considera que los principios, la justicia y la sinceridad son requisitos previos al culto espiritual. El pecador siempre concibe a Dios de acuerdo con sus propios propósitos pecaminosos.
Las pondré.
Dios expone ahora al examen del pecador la naturaleza y extensión de su 763 culpabilidad, antes de dictar la sentencia.
22. Entended ahora esto.
Los vers. 22 y 23 son la conclusión del poema, y repiten en forma sucinta las lecciones de los vers. 7-21. Dios afirma que exige, como único sacrificio aceptable, el corazón y la mente. En esto hay una advertencia para los impíos y un estímulo para los piadosos.
Os olvidáis de Dios.
Aunque fingen tomar parte en el culto a Dios.
No haya quien os libre.
Vendrá el momento cuando aun el Redentor dejará de proteger al pecador, y éste cosechará lo que sembró (ver Isa. 13: 9; Sof. 1: 14- 18; Apoc. 6: 15-17; 20: 9; 1JT 160).
23. Me honrará.
Ver com. vers. 15. Esta parte del versículo se dirige a los formalistas de los vers. 7-15. Una acción de gracias de todo corazón es un elemento básico de la verdadera religión. Es sorprendente que a veces se dé tan poca importancia al espíritu de gratitud y a la expresión de agradecimiento en la vida del cristiano. Somos propensos a aceptar los beneficios de Dios como si fueran una cosa común.
Su camino.
Su proceder, su manera de vivir.
La salvación de Dios.
Dios revelará su salvación al que le sirve con corazón sincero y se conduce en armonía con su voluntad.
La aplicación de este salmo no tiene límite de tiempo. Podemos participar en todas las ceremonias de la iglesia, asistir siempre a las reuniones, dar generosamente a los pobres y trabajar activamente en la obra misionera; pero seremos reprobados si no servimos a Dios en espíritu o si albergamos pecado en nuestro corazón.
CBA T3
Podría decirse que la conocida advertencia de Samuel a Saúl: " "ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros" " (1 Sam. 15: 22), es el tema de este salmo. Este es un salmo didáctico que mantiene aún su gran valor. La magnífica descripción de un juicio, que bien podría aplicarse al juicio final (vers. 1-6; cf. CS 699), sirve de motivo para que este salmo desarrolle su mensaje de reprensión contra el adorador que cumple las ceremonias religiosas pero que ni es sincero ni tiene buena conducta. El salmo consta de dos partes principales: la condenación de los males del solo formalismo en el culto (vers. 7-15), y la condenación de la hipocresía (vers. 16-21). Una breve conclusión (vers. 22, 23) resume el mensaje del poema.
En cuanto a David como autor de este salmo, ver DTG 401.
Con referencia al sobrescrito, ver págs. 623, 633.
1. El Dios de dioses, Jehová.
Heb. ' El'Elohim Yahweh. Una notable combinación de los nombres de Dios (ver t. 1, págs. 179-181; cf. Jos. 22: 22).
La tierra.
Se llama a todas las naciones a concurrir al juicio como testigos de las iniquidades de Israel.
Desde el nacimiento.
Las declaraciones de este versículo destacan la universalidad. Se convoca a toda la tierra (ver Sal. 113: 3; Isa. 59: 19). La escena que se describe se cumplirá especialmente con la segunda venida de Cristo (Mat. 24: 30; CS 345, 699, 700; PP 352).
Los vers. 1-6 constituyen una introducción sublime, más larga que las que se encuentran generalmente en los salmos.
2. De Sión.
Ver com. Sal. 48: 2.
3. Vendrá.
Es decir, para juzgar, en sentido primario; para contender con los habitantes de la tierra, como lo indica la parte central del salmo. En un sentido muy específico, estas palabras también predicen el juicio final, al concluir la historia del mundo (ver Mat. 25: 31; Hech. 17: 31; 2 Tim. 4: 1; ver com. vers. 1).
No callará.
Dios se pronunciará respecto a la conducta humana.
Fuego.
Es posible que las imágenes sean tomadas de la manifestación de Dios en el monte de Sinaí (ver Exo. 19: 16, 18).
5. Juntadme.
Cuando Jesús venga por segunda vez, los ángeles juntarán a los redimidos (ver Mat. 24: 31).
Mis santos.
Heb. jasid (ver Nota Adicional del Sal. 36). "En medio de la tempestad de los castigos divinos, los hijos de Dios no tendrán ningún motivo para temer" (PP 354).
Sacrificio.
Heb. zebaj, la ofrenda de un animal sacrificado (Gén. 31: 54; 46: 1; Lev. 3: 1; etc.). El antiguo pacto sinaítico se ratificó con la sangre de becerros (Exo. 24: 5-8; cf. Gén. 15: 9-18); pero el nuevo pacto, con la sangre de Cristo (Heb. 9: 18-23; PP 387). Cuando Cristo venga, reunirá a los santos que hayan aceptado el pacto sellado con el sacrificio de Cristo.
Como el término "sacrificio" tiene además la acepción de desprenderse de algo deseable, algunos han empleado este versículo para invitar a la abnegación y a la entrega de ofrendas. Pero el salmista no habla aquí de dádivas de dinero. Si se usa este texto para pedir ofrendas de dinero debe explicarse claramente que se lo hace adaptando el sentido original del mismo para determinar una verdad 762 evidente de por sí.
6. Su justicia.
Este texto se cumplirá finalmente y de modo muy preciso con la segunda venida de Cristo, cuando aparezca "en el cielo una mano que sostiene dos tablas de piedra puestas una sobre otra. . . Esta ley santa, justicia de Dios, . . . se revela ahora a los hombres como norma del juicio" (CS 697).
Dios es el juez.
La justicia humana yerra, muchas veces como cuando se ha absuelto a criminales o se ha condenado a los santos mártires como supuestos culpables de los más terribles crímenes. Pero en el gran día final "Dios es el juez" (ver CS 708), y todos pueden esperar que se hará justicia.
Selah.
Ver pág. 635.
7. Oye.
Dios habla directamente a Israel. En esta sección, el salmista trata principalmente acerca del deber que el ser humano tiene para con Dios y de los males del formalismo en la religión (ver Isa. 1: 11-15).
Testificaré.
El juez también es el demandante.
Dios, el Dios tuyo.
El Dios que ha protegido a su pueblo tiene el derecho de afirmar los principios del verdadero culto, sobre los cuales ha establecido su gobierno.
8. Por tus sacrificios.
El argumento comienza en forma negativa. Dios no acusa a Israel de haber descuidado las formas ni las ceremonias de la religión. Su pecado está en no darse cuenta de que el acto carece de valor cuando no se reconoce su significado ni se lo realiza con espíritu de gratitud y obediencia (ver 1 Sam. 15: 22; Isa. 1: 12-17; Miq. 6: 6-8). Con referencia a las ofrendas públicas y privadas que se mencionan aquí y en los siguientes versículos, ver t. 1, págs. 710-723.
9. Becerros.
Ver Exo. 29: 11, 36; Lev. 4: 4.
10. Mía.
Puesto que todos los animales pertenecen a Dios, ¿por qué habría de necesitar él que los seres humanos le ofrezcan presentes?
12. Si yo tuviese hambre.
Dios no instituyó el sistema de sacrificios para proveerse del sustento con carne de toros o sangre de machos cabríos.
Mío es el mundo.
Ver Sal. 24: 1; 89: 11.
14. Sacrifica.
Del verbo hebreo zabaj, "sacrificar" (ver com. vers. 5). No era aceptable a Dios el simple sacrificio de animales en el sentido que comúnmente daba la gente al verbo "sacrificar". Sólo podía aceptarse el sacrificio proveniente de un corazón lleno de gratitud. El argumento sigue en tono positivo.
Votos.
Ver Sal. 22: 25; 116: 14; cf. Lev. 7: 16. Dios sólo acepta a quienes le obedecen llenos de contrición, amor, gratitud y devoción.
15. Invócame.
Tanto la petición como la alabanza son parte de la verdadera religión. Debiéramos invocar a Dios con corazón sincero. El verdadero servicio a Dios es espiritual y nace del corazón (ver Juan 4: 24).
Te libraré.
Ver Sal. 46: 1.
Me honrarás.
La mejor forma de honrar a Dios es confiar en él, aun cuando no entendamos la forma en que él nos trata.
16. Al malo.
Dios continúa hablando, pero ahora se dirige al malo. Los vers. 16-21 hablan principalmente del deber que el hombre tiene para con su prójimo.
Los vers. 7-15 hablan del formalismo en asuntos religiosos, y los vers. 16-21 tratan de los hipócritas, los que enseñan la ley a otros cuando en realidad ellos mismos la violan.
¿Qué tienes tú que hablar?
Cf. Rom. 2: 17-24.
Tomar mi pacto.
Su desobediencia los había hecho indignos aun de pronunciar las palabras del pacto (ver com. vers. 5).
17. Corrección.
Heb. musar , "disciplina" (ver com. Prov. 1: 2). Los impíos aborrecen la disciplina.
A tu espalda.
El hipócrita demostraba su completo desprecio por las palabras de Dios, echándolas a sus espaldas.
18. Si veías.
Cuando se presentaba la oportunidad de compartir los frutos del robo, estaba listo para participar.
20. Contra tu hermano.
falsedad y la calumnia son más viles cuando la víctima es el pariente más cercano.
21. Yo he callado.
Dios toleró la necedad de los impíos hasta que sobrevino el momento de administrar el castigo.
Como tú.
El hipócrita pensaba que Dios era como él, y que se satisfaría con una religión formal y con la piedad externa, como sin manto para cubrir el pecado interior. Pero Dios considera que los principios, la justicia y la sinceridad son requisitos previos al culto espiritual. El pecador siempre concibe a Dios de acuerdo con sus propios propósitos pecaminosos.
Las pondré.
Dios expone ahora al examen del pecador la naturaleza y extensión de su 763 culpabilidad, antes de dictar la sentencia.
22. Entended ahora esto.
Los vers. 22 y 23 son la conclusión del poema, y repiten en forma sucinta las lecciones de los vers. 7-21. Dios afirma que exige, como único sacrificio aceptable, el corazón y la mente. En esto hay una advertencia para los impíos y un estímulo para los piadosos.
Os olvidáis de Dios.
Aunque fingen tomar parte en el culto a Dios.
No haya quien os libre.
Vendrá el momento cuando aun el Redentor dejará de proteger al pecador, y éste cosechará lo que sembró (ver Isa. 13: 9; Sof. 1: 14- 18; Apoc. 6: 15-17; 20: 9; 1JT 160).
23. Me honrará.
Ver com. vers. 15. Esta parte del versículo se dirige a los formalistas de los vers. 7-15. Una acción de gracias de todo corazón es un elemento básico de la verdadera religión. Es sorprendente que a veces se dé tan poca importancia al espíritu de gratitud y a la expresión de agradecimiento en la vida del cristiano. Somos propensos a aceptar los beneficios de Dios como si fueran una cosa común.
Su camino.
Su proceder, su manera de vivir.
La salvación de Dios.
Dios revelará su salvación al que le sirve con corazón sincero y se conduce en armonía con su voluntad.
La aplicación de este salmo no tiene límite de tiempo. Podemos participar en todas las ceremonias de la iglesia, asistir siempre a las reuniones, dar generosamente a los pobres y trabajar activamente en la obra misionera; pero seremos reprobados si no servimos a Dios en espíritu o si albergamos pecado en nuestro corazón.
CBA T3
Gracias a Dios por usar a ustedes para hacer este pancito espíritu quedó muy agradecida.
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