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CBA LIBRO DE JEREMÍAS CAPÍTULO 26

 


CBA LIBRO DE JEREMÍAS CAPÍTULO 26

1. En el principio del reinado.

" Esta no es una fecha precisa (ver com. cap. 28: l), pero puede situarse aproximadamente entre los años 609 y 605 a. C. Sin duda, fue antes del primer asedio de Jerusalén por Nabucodonosor (ver com. Dan. l: l), porque no se menciona a los babilonios en este capítulo y se presenta a Joacim como amigo de los egipcios. En este cap. 26 se resume brevemente el discurso en el templo (Jer. 7-10). Sólo se registra aquí la reacción del pueblo y de los dirigentes ante ese discurso y el resultado final de todo el incidente (ver com. cap. 7: 1; también PR 305-308). "

2. Ponte en el atrio.

" Ver com. cap. 7: 2. Los vers. 2-6 del cap. 26 resumen el cap. 7: 1-15. Es muy probable que esto ocurriera en una de las fiestas donde se congregaban adoradores de todas partes de la nación. "

No retengas palabra.

" Evidentemente el mensaje divino debía contener algo que Jeremías no quería decir al pueblo. "

3. Quizá.

" La amenaza que sigue es tan severa (ver vers. 6) que se la expresa con la esperanza de que no sea necesario llevarla a cabo. "

Se vuelvan.

"Ver com. vers. 19."

4. Andar en mi ley.

" El profeta tenía la responsabilidad de enseñar al pueblo los requerimientos de la ley de Dios y tenía que procurar que la entendieran con claridad (cap. 7: 25-28; 25: 4-7). "

5. Desde temprano.

"Ver com. cap. 7: 13."

6. Pondré esta casa como Silo.

" Este lugar del antiguo santuario había sido destruido (ver com. cap. 7: 12, 14). "

7. Los sacerdotes, los profetas.

" Dios mandó a jeremías que amonestara de un modo especial a los dos grupos a los cuales él mismo pertenecía: a los primeros, por nacimiento (ver com. cap. 1: 1); a los segundos, por orden divina (ver com. cap. 1: 5). Los falsos profetas eran enemigos de Jeremías (cap. 23: 940). "

8. De cierto morirás.

" Debido a su iniquidad, por haberse engañado a sí mismos, los sacerdotes, los profetas y "todo el pueblo" decidieron silenciar la voz acusadora del que fielmente les señalaba sus iniquidades. "

9. ¿Por qué has profetizado?

" La idea de que el templo, orgullo y gloria de los israelitas (ver com. cap. 7: 4), pudiera sufrir el mismo fin del antiguo santuario de Silo era tan insoportable, que "todo el pueblo" se unió contra el profeta. La gente había depositado toda su confianza en la estricta observancia de los servicios religiosos y externos del templo. "

10. Los príncipes de Judá oyeron.

" Evidentemente esos gobernantes de la casa real no estaban presentes cuando Jeremías pronunció la advertencia divina; estaban en "la casa del rey", quizá en una reunión privada con el monarca. Cuando llegaron al templo "se sentaron" para escuchar lo que Jeremías pudiera añadir a su discurso. "

11. Pena de muerte.

" Este es un buen ejemplo de los malignos métodos y perversas medidas legislativas que caracterizaron la Edad Media; leyes que hicieron que se entregara a los que eran falsamente acusados de herejía y blasfemia al "brazo" secular del Estado para que se los castigara y se les diera muerte. "

12. Jehová me envió.

" Los verdaderos profetas y predicadores de la Palabra siempre responden que el mensaje que presentan no lo han elegido ni inventado ellos, sino que viene directamente de Dios por medio de ellos (2 Sam. 23:1-3; Amós. 3:7-8; 2 Ped. 1:20-21). "

13. Mejorad ahora vuestros caminos.

"Jeremías se defendió sencilla y únicamente con "483 " el mensaje que Dios le había dado. Si el pueblo de Dios mejoraba sus caminos, aún era posible que evitaran la destrucción que los amenazaba. "

Se arrepentirá Jehová.

"Ver com. vers. 19."

14. Estoy en vuestras manos.

" Mediante esta sorprendente despreocupación por su propia seguridad, Jeremías añadió fuerza a su mensaje, y en realidad preservó su vida. Los príncipes se convencieron de que Jeremías era sincero y tomaron las medidas necesarias para proteger su vida (ver PR 308). "

15. Mas sabed de cierto.

" El profeta no recurre a los sacerdotes y profetas, de quienes no puede esperar justicia, sino a "todos los príncipes y a todo el pueblo" (vers. 12). En especial los príncipes vacilaban en permitir que se derramara la sangre inocente de uno que no hablaba de sí mismo sino que era portavoz de Dios. "

16. No ha incurrido.

" Por medio de su mensaje directo indudablemente Jeremías inclinó la opinión pública en su favor y salvó su vida. "

17. Los ancianos.

" Se les llamaba así por sus altos cargos (1 Rey. 8: 1; 20: 7) o por su edad. Se respetaba grandemente la opinión de quienes eran ancianos y sabios. "

18. Miqueas.

"El autor del libro de Miqueas (Miq. 1: 1; p. 24)."

19. Temió a Jehová.

" Aunque no hay ninguna otra referencia bíblica a este suceso específico, armoniza perfectamente con el carácter de Ezequías (2 Crón. 29: 4-10; 32: 26). "

Jehová se arrepintió.

" Ver com. Gén. 6: 6; Exo. 32: 14; Núm. 23: 19; Juec. 2: 18; Joel 2: 13. "

Mal contra nuestras almas.

" Si mataban a un profeta inocente, se harían a sí mismos un gran mal. La LXX dice: "Y nosotros hicimos un gran mal contra nuestras almas". Este versículo se parece mucho al consejo dado por Gamaliel ante el concilio: "Mas si es de Dios, no lo podréis destruir; no seáis tal vez hallados luchando contra Dios" " (Hech. 5: 34-39). Debido a este consejo de los ancianos Jeremías quedó libre para continuar con su ministerio; y por causa, en buena medida, del apoyo que el profeta recibió de Ahicam (Jer. 26: 24), los gobernantes de la nación aceptaron el consejo de los ancianos.

20. Urías.

Quizá se registró este caso para mostrar que la experiencia de Jeremías no fue única.

21. A Egipto.

Ver los casos paralelos de Jeroboam (1 Rey. 11: 40), Hadad (1 Rey. 11: 17-18) y José y María (Mat. 2: 13-15). Con frecuencia el país del Nilo fue un asilo para los refugiados procedentes de Judea.

22. Envió hombres a Egipto.

Los tratados de la antigüedad contenían cláusulas de extradición: los gobernantes estaban obligados a devolver los presos políticos a su país de origen.

Elnatán.

Quizá el suegro del rey (ver 2 Rey. 24: 8

8). Elnatán era uno de los príncipes que favorecía a Jeremías (Jer. 36: 12).

23. Sacaron a Urías.

En 1 Rey. 19: 10, 14; 2 Crón. 24: 19-22 hay ejemplos anteriores de martirio de profetas. Según la tradición judía, Isaías fue "aserrado" por Manasés (ver Heb. 11: 37; Material Suplementario de EGW, com. Isa. 1: 1). A Urías se lo trató en forma denigrante. Se le negó sepultura con sus padres y su cuerpo fue echado en "los sepulcros del vulgo" en el valle del Cedrón. Pero el rey que cometió este ultraje más tarde fue enterrado "en sepultura de asno" , sin que se le rindieran los honores acostumbrados ni se lo llorara (Jer. 22: 18-19).

24. Ahicam.

Es probable que el padre de Ahicam fuera el mismo Safán, tan conocido como escriba en tiempos de la reforma de Josías, el que supervisó la reconstrucción del templo (2 Rey. 22: 3, 8-14; 2 Crón. 34: 8, 14-21). Los hermanos de Ahicam, Gemarías (Jer. 36: 12, 25) y Elasa (cap. 29: 3) también tenían el mismo carácter noble. Fue Gedalías, hijo de Ahicam (cap. 40: 6), gobernador de las "ciudades de Judá" , el que proporcionó refugio a Jeremías después de que Nabucodonosor conquistó a Judea (cap. 40: 5-6).


COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE T4

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