CONTENIDO:
- Título
- Paternidad literaria
- Marco histórico
- Tema
- Bosquejo
1. Título.-
Como sucede con los demás libros incluidos entre los profetas menores, el
título de este libro corresponde al nombre del autor: Amós. El nombre en hebreo
es ' Amos , derivado del verbo ' amas , "cargar". Por lo tanto, el
nombre significa: "el que lleva una carga", lo que cuadra bien con
los graves y solemnes mensajes que este profeta recibió para que los diera. El
nombre Amós no se halla en ninguna otra parte del AT.
2. Paternidad literaria.-
Por el resumen de su vida que da Amós (cap. 7: 14-15), sabemos que era
"boyero" ( "pastor" , BJ) y recogedor de "higos
silvestres". Queda la impresión de que aunque era pobre, era
independiente; lo cual podría explicar por qué podía dejar su rebaño por un
tiempo. No era un hombre instruido como entendemos hoy este término, ni tampoco
se había preparado para su misión en las escuelas de los profetas. Como sucedió
con Amós, los que tienen relativamente escasa instrucción y han disfrutado de
pocas oportunidades para instruirse, cuando son elegidos para efectuar una
magna obra para Dios, comprueban que " "la excelencia del poder"
es "de Dios, y no de nosotros" " (2 Cor. 4: 7). Lo que hace al
hombre idóneo para el servicio divino depende más de lo que es que de lo que
tiene .
Cuando Amós recibió su llamamiento divino salió de Judá para ir a Israel, y
probablemente estableció el centro de su obra en Bet-el, donde estaba el templo
principal dedicado al culto del becerro y el palacio de verano del rey. Allí
condenó este culto, y Amasías, el sumo sacerdote idólatra se opuso a Amós y lo
acusó ante el rey de ser un peligroso conspirador (Amós 7: 10-13). Nada sabemos
de los días finales de la vida de Amós.
Amós debe catalogarse entre los más importantes profetas debido a su elocuencia
sencilla y llana, y al vigor y lo elevado de su pensamiento. Hay pocos profetas
que sean más penetrantes en comprender las bases tanto del mundo natural como
del moral, o que sean más perspicaces para entender el poder, la sabiduría y la
santidad de Dios.
3. Marco histórico.-
Amós fue llamado para cumplir su misión en un tiempo cuando Israel y Judá eran
prósperos. En los días de Jeroboam II Israel estaba en el punto máximo de su
poder (ver t. II, pp. 85-86; com. Ose. 2: 8). Jeroboam había derrotado a los
sirios y ensanchado el territorio del reino del norte hasta el límite
septentrional que había tenido cuando el reino estaba unido. Se extendía desde
Hamat, en el extremo norte, hasta el mar Muerto (2 Rey. 14: 25-28). En cuanto a
Judá, 978 el rey Uzías había subyugado a los idumeos y a los filisteos, había
sometido a los amonitas y promovido la agricultura y las artes nacionales
propias de los tiempos de paz; había creado un ejército grande y poderoso y fortificado
mucho a Jerusalén (2 Crón. 26: 1-15).
Indudablemente que Israel, a salvo de enemigos extranjeros y fuerte
interiormente, se sentía seguro contra todo peligro o destrucción. Es verdad
que el creciente poder de Asiria llamaba la atención, pero parecía muy difícil
que atacase a Israel. Los frutos naturales de la prosperidad: orgullo, lujo,
egoísmo, opresión, maduraban lozanamente en ambos reinos. Sin embargo, la
situación de Israel era peor por causa del culto al becerro, que había sido
instituido por su primer rey, Jeroboam I (1 Rey. 12: 25-33). Sin duda, este
culto al becerro fue la razón por la que tanto Amós como Óseas fueron
comisionados para dirigir sus profecías, especialmente contra el reino del
norte.
Como Uzías fue rey de Judá desde 767 hasta 750 a. C., y Jeroboam II lo fue de
Israel desde 782 hasta 753 a. C., es probable entonces que el ministerio de
Amós transcurriera en algún tiempo entre 767 y 753 a. C. No hay indicio alguno
en el libro en cuanto a la duración de su obra profético activa. La declaración
"dos años antes del terremoto" (cap. 1: 1) no nos ayuda, porque no
hay manera de descubrir cuándo sucedió ese terremoto. Sin duda Amós fue
contemporáneo del profeta Óseas, pero de mayor edad (ver pp. 22-23).
4. Tema.
El propósito principal de Amós fue llamar la atención del pueblo de Dios a sus
pecados y, hasta donde fuera posible, instarlo al arrepentimiento. Así como el
espíritu de Pablo se conmovía en Atenas cuando vio cuán completamente la ciudad
estaba, entregada a la idolatría, así también Amós debe haberse conmovido por
el lujo y los pecados que él describe tan vívida y detalladamente. Reprendió
los pecados causados por la prosperidad material, los despilfarros, las orgías
y el libertinaje de los ricos, los cuales oprimían a los pobres y pervertían el
derecho mediante cohechos y extorsiones. Amós presta más atención a los
detalles y a las circunstancias de las iniquidades, que Oseas. Su estilo es
gráfico en toda su profecía, y revela los pecados en los acontecimientos de la
vida diaria del pueblo. Ninguna mala práctica parece haber quedado excluida de
su atención. Consideraba su deber amonestar a Israel, a Judá y a las naciones
circunvecinas, acerca de los castigos divinos que sin duda vendrían sobre ellas
si persistían en su iniquidad. Sin embargo, su libro termina con un cuadro
glorioso del triunfo final de la justicia sobre la iniquidad.
5. Bosquejo.
I. Sobrescrito.
II. Castigos para los países circunvecinos, Judá e Israel, 1: 2 a 2: 16.
A. Damasco, 1: 2-5.
B. Gaza, 1: 6-8.
C. Tiro, 1: 9-10.
D. Edom, 1: 11-12.
E. Amón, 1: 13-15.
F. Moab, 2: 1-3.
G. Judá, 2: 4-5.
H. Israel, 2: 6-16.
III. Mensajes proféticos para Israel, 3: 1 a 6: 14.
A. La certidumbre de los mensajes del profeta, 3: 1-8.
B. El castigo es inevitable porque Israel no se arrepiente, 3: 1 a 4: 13.
C. Lamento por el destino de la nación, 5: 1-27.
D. Ayes para los que postergan el día de Jehová, 6: 1-14.
IV. Las visiones de amenazas contra Israel, 7: 1 a 9: 10.
A. La visión de las langostas, 7: 1-3.
B. La visión del fuego, 7: 4-6.
C. La visión de la plomada, 7: 7-9.
D. Amasías se opone a Amós, 7: 10-17.
E. La visión de las frutas de verano y el hambre por la palabra de Dios, 8:
1-14.
F. La Visión del castigo de los pecadores, 9: 1 -10.
V. Las promesas de restauración y bendición, 9: 11-15.
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