1. Octavo mes.
Llamado Bul antes del cautiverio
(1 Rey. 6: 38), posteriormente, Marjesván o Jesván; nuestro octubre-noviembre.
Año segundo de Darío.
520 a. C. (ver t. III, pp. 100 - 102). Hay
una breve historia de Darío en el t. III, pp. 72-74.
Hijo de Iddo.
Acerca de la genealogía de Zacarías, verla p. 1107.
2. Se enojó.
Heb. qatsaf, término
que indica una intensa ira. "Se irritó mucho" (BJ). Esa palabra hebrea también
se usa en Deut. 9: 19; Isa. 47: 6; etc.
3. Volveos.
Dios suplica al pueblo que se arrepienta para
que reciba el favor divino que lo capacitaría para realizar, libre de peligros,
la obra de la reedificación del templo (ver p. 1107). Zacarías insiste con
frecuencia en la necesidad de que haya arrepentimiento y reforma (cap. 3: 7; 6:
15; 7: 7-10; 8: 16-17).
Ha dicho Jehová.
Esta frase se repite
tres veces para darle más énfasis.
4. Primeros profetas.
Cf. 2 Rey. 17: 13-14; 2 Crón. 36:
15-17; Jer. 25: 3-9; 35: 15. Los hombres debieran aprender de la experiencia de
sus antepasados (Rom. 15: 4; 1 Cor. 10: 11).
5. Vuestros padres.
Deben meditar en la suerte que
corrieron éstos para que no les acontezca lo mismo.
Vivir para siempre.
Los profetas eran 1110 mortales como aquellos a quienes predicaban; sin
embargo, sus palabras eran palabras de Dios. Por lo tanto, esas palabras eran
eternas y con toda certeza se cumplirían.
6. Alcanzaron.
Heb. nasag , "alcanzar". " Esta palabra
aparece en Gén. 44: 4; Deut.28: 2, 15, 45. Los mensajes y las "ordenanzas"
finalmente causarían el castigo con que se amenazaba.
Volvieron.
Heb. shub , vocablo que se traduce "convertirse" con el sentido de
arrepentirse, en 1 Rey. 8: 47; Eze. 14: 6; 18: 30; así podría también traducirse
aquí.
7. Mes undécimo.
La fecha que
aquí se da es, aproximadamente, el 15 de febrero de 519 a. C., de acuerdo con el
calendario juliano (ver t. III, p. 102). Zacarías había comenzado su ministerio
profético unos tres meses antes (Zac. 1: 1). La siguiente fecha que aparece en
el libro está en cap. 7: 1. Las ocho visiones registradas (cap. 1: 8 a 6: 8) sin
duda fueron dadas en este intervalo. Algunos suponen que todas fueron dadas en
una "noche" (vers. 8); pero eso no se puede probar.
8. Vi.
La primera visión tenía la finalidad de inspirar
confianza en el bondadoso propósito de Dios de restaurar a su pueblo. Daba la
seguridad de que las naciones gentiles serían vencidas, y que, a pesar de la
condición de Israel, se llevaría a cabo el misericordioso propósito de Dios si
el pueblo cumplía con su parte (cap. 6: 15).
En la interpretación de las
visiones de Zacarías debe tenerse en cuenta que aunque la enseñanza general de
las visiones parece ser clara, no siempre es evidente el significado de los
detalles. Esto se debe en parte a que las visiones, como las parábolas,
contienen ciertos elementos necesarios para completar la narración o
presentación, que no forzosamente tienen valor exegético. Otros elementos no son
explicados por el profeta o por otros escritores inspirados. Por esto no se
puede saber su significado con seguridad (ver. com. Eze. 1: 4; t. III, p. 1129).
La serie de ocho visiones (cap. 1: 7 a 6: 8) presenta una narración
profético eslabonada que expone el propósito de Dios para los judíos cuando
regresaran del cautiverio babilónico, y culmina con la venida del Mesías y el
establecimiento de su reino (ver pp. 28-33). Esta serie de visiones le fue dada
a Zacarías en un momento de gran desánimo, cuando parecía que los enemigos del
pueblo de Dios estaban por detener del todo la obra de reconstrucción (ver PR
427). Estos mensajes tenían el propósito de alentar a los repatriados e
inspirarles para que continuaran con fe en su obra.
La primera visión
(cap. 1: 7-17) revela el plan de Dios para un Israel estático. Las naciones
paganas están "reposadas"; pero Dios anuncia su propósito de restaurar el templo
como su "casa" y de escoger "todavía a Jerusalén" como el instrumento mediante
el cual se llevaría a cabo el propósito divino de la salvación de los hombres.
La segunda visión (cap. 1: 18-21) describe el daño que ha sufrido Israel como
nación debido al cautiverio, y proclama la intención de Dios de reparar todo el
daño que se le ha hecho. La tercera visión (cap. 2: 1-13) asegura a los judíos
la presencia y la bendición divinas en la obra de reconstrucción y en el
cumplimiento de la misión de Israel en el mundo. En la cuarta visión (cap. 3:
1-10) Dios asegura a su pueblo que se interpondrá para protegerlo de Satanás, su
máximo enemigo, y perdonará los pecados de Israel que hasta aquí habían dado a
Satanás una oportunidad para interferir en el cumplimiento de la voluntad de
Dios para Israel como su pueblo (ver pp. 29-30). La quinta visión (cap. 4: 1-14)
muestra el medio por el cual se cumpliría la restauración de Jerusalén y la
transformación del carácter: " "Con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los
ejércitos" " (vers. 6). La sexta visión (cap. 5: 1-4) presenta el proceso
mediante el cual se investigará el pecado entre el pueblo de Dios. La séptima
visión (cap. 5: 5-11) describe la eliminación final y completa del pecado y de
los pecadores de entre el pueblo escogido. La octava visión (cap. 6: 1-8)
presenta a Dios supervisando los asuntos de la tierra para el cumplimiento de su
propósito divino, tal como se presentó en las visiones anteriores, y así asegura
el éxito de la misión de Israel.
El profeta presenta, después de la
octava visión, un cuadro inspirado de la venida del Mesías que "dominará en su
trono" (cap. 6: 13), y la reunión de las naciones de la tierra delante del
verdadero Dios (vers. 15). Todo esto habría sucedido con toda seguridad tal como
se presenta (cap. 1: 7 a 6: 15), si Israel hubiera obedecido diligentemente la
voz del Señor (cap. 6: 15). Cf. Deut. 28: 1, 14. En cuanto a la naturaleza
condicional de estas visiones proféticas, ver p. 36, y en cuanto al fracaso de
Israel como nación para recibir las bendiciones prometidas, ver pp. 32-35. 1111
Caballo alazán.
"Rojo" (BJ). El profeta no explica el
significado del color, y son vanas las especulaciones.
Mirtos.
Una planta de verdor permanente, que da flores blancas y un fruto
aromático del cual se hacían perfumes. De la misma familia de este árbol común
en Palestina es el arrayán de Chile y Argentina.
Hondura.
Heb.
metsulah , "abismo", "precipicio". Aquí probablemente el nombre de un lugar
geográfico o de un valle.
Overos.
Heb. saroq ; color que tienen
las uvas (Isa. 16: 8) y estos caballos. Se ha sugerido que eran negros, rojos, o
castaños. No es evidente el significado de los colores, si es que lo tienen. Los
comentadores han hecho varias conjeturas, como ésta: que los tres colores
representan los tres poderes mundiales: Babilonia, Persia y Grecia. Como el
intérprete de la visión no hace mención alguna de este aspecto de la
presentación profético, será mejor no tratar de explicar los colores. Puede ser
que sólo hayan servido para distinguir los diferentes grupos de mensajeros.
9. Que hablaba conmigo.
Es decir,
el ángel que interpretaba. Este ángel debe distinguirse del "varón que estaba
entre los mirtos" " (vers. 10) que es llamado "ángel de Jehová" (vers. 11).
10. A recorrer la tierra.
Se
presenta a estos mensajeros como que están dando un informe al gran Gobernante
del universo acerca de los asuntos de la tierra, especialmente de Israel como
pueblo escogido de Dios que sufría el cautiverio y la opresión de las naciones
paganas circunvecinas. Ya han cumplido su misión, y ahora están listos para
informar.
11. Quieta.
El programa
de Dios parece estar paralizado. Las naciones no hacen nada para socorrer y
ayudar al pueblo de Dios. Y parece que el decreto para reedificar en verdad está
por ser anulado (ver p. 1096; PR 424-425).
12. ¿No tendrás piedad?
El pueblo de Dios estaba inseguro y
desalentado. El templo permanecía desolado; Jerusalén, en ruinas.
Setenta.
Algunos piensan que se hace referencia a los 70 años
mencionados por Jeremías (Jer. 25: 12; 29: 10; ver t. III, p. 100). Otros
computan regresivamente desde la fecha de la visión en 519 a. C. (ver com. Zac.
1: 7), y llegan a la fecha 589/588, cuando Nabucodonosor comenzó el sitio contra
Jerusalén (ver com. 2 Rey. 25: 1; t. III, pp. 102-103).
13. Palabras consoladoras.
La visión tenía el propósito de
alentar al pueblo.
14. Celé.
Cf.
Joel 2: 18.
Sion.
Sin duda sinónimo de toda la ciudad de
Jerusalén (ver com. Sal. 48: 2).
15. Reposadas.
Ver com. vers. 11. Dios había castigado a
los israelitas debido a sus pecados; pero sólo había estado "enojado un poco", y
su plan era limitar los castigos. En cambio, las "naciones" habían ido más allá
del propósito de Dios, y pretendieron sojuzgar permanentemente a los israelitas
(cf. Isa. 10: 5-19).
16. Será edificada.
Los vers. 16 y 17 muestran los bondadosos propósitos de Dios para el
remanente. Las predicciones se cumplieron en parte. El templo fue reedificado y
Jerusalén restaurada. Pero la prosperidad que aquí se menciona nunca ocurrió
plenamente. El pueblo no cumplió las condiciones espirituales de las que
dependía su prosperidad temporal; sin embargo, los israelitas tuvieron la
oportunidad. La visión tenía el propósito de reanimarlos y de darles un gran
aliciente para que aprovecharan sus privilegios, que habían descuidado. Ver pp.
32-35. El plan de Dios para Israel, momentáneamente interrumpido por el
cautiverio, era ahora avanzar de nuevo, e Israel debía recuperar los privilegios
y las responsabilidades de la relación del pacto (ver p. 33).
18. Cuatro cuernos.
La segunda
visión (vers. 18-21; en hebreo, cap. 2: 1-4) presenta el medio por el cual Dios
se disponía a cumplir su propósito. Los cuernos se describen claramente como los
poderes que "dispersaron a Judá, a Israel y a Jerusalén" " (vers. 19; PR 426).
El número "cuatro" puede simbolizar universalidad, en consonancia con los cuatro
puntos cardinales (cf. Dan. 8: 8; 11: 4) a los cuales había sido dispersado
Israel (Zac. 1: 21; cf. cap. 2: 6; ver com. cap. 1: 8).
19. Dispersaron.
Ver com. vers. 18.
20. Carpinteros.
Heb. jarash, "artesano". "Herreros" (BJ).
El vocablo describe a los que trabajan en piedra (Exo. 28: 11), madera (2 Sam.
5: 11), metal (1 Sam. 13: 19), etc. Se han hecho muchas conjeturas en cuanto a
la identidad de estos cuatro artesanos. El número "cuatro" podría significar
sólo "los cuatro confines de la tierra" donde habían sido esparcidos los
expulsados de Israel (Isa. 11: 12). Los artesanos representaban "los
instrumentos 1112 usados por el Señor para restaurar a su pueblo y su casa de
culto" (PR 426).
21. Hacerlos temblar.
Del Heb. jarad, que en la forma en que aquí se usa significa "asustar",
"aterrorizar". "Espantarlos" " (BJ). Ver com. vers. 18.
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE T4
CBA: Apocalipsis Capítulo 13 1. Me paré. La evidencia textual se inclina (cf. p. 10) por la variante "y él se paró". Si se adopta esta variante, sería mejor unir "y él se paró sobre la arena del mar" con el cap. 12: 17, como se hace en ciertas ediciones griegas y versiones castellanas (BJ, BC, NC). "El" se referiría entonces al dragón que está en la playa del mar esperando el surgimiento de la bestia, con el propósito de investirla con su poder y autoridad (cap. 13: 2). Pero si se acepta la variante "me paré", entonces Juan describe simplemente el promontorio desde donde vio cómo ascendería la bestia. La arena del mar. El mar sin duda representa pueblos, naciones y lenguas (ver com. Apoc. 17: 1-2, 8; cf. com. Dan. 7: 2). Del mar. Esta bestia sube "del mar", pero la bestia del vers. 11 sube "de la tierra". La una sube o surge de entre multitudes de pueblos (ver com. "arena del mar"); la otra, en donde l...
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