Martes 17 de septiembre | Lección 12
LA CRUCIFIXIÓN
Lee Marcos 15:21 al 38. ¿Qué terrible y dolorosa ironía aparece aquí?
Mar 15:22 Condujeron a Jesús al lugar llamado Gólgota (que significa: Lugar de la Calavera).
Mar 15:23 Le ofrecieron vino mezclado con mirra, pero no lo tomó.
Mar 15:24 Y lo crucificaron. Repartieron su ropa, echando suertes para ver qué le tocaría a cada uno.
Mar 15:25 Eran las nueve de la mañana[q] cuando lo crucificaron.
Mar 15:26 Un letrero tenía escrita la causa de su condena: «El Rey de los judíos.»
Mar 15:27 Con él crucificaron a dos bandidos,[r] uno a su derecha y otro a su izquierda.[s]
Mar 15:28 --
Mar 15:29 Los que pasaban meneaban la cabeza y blasfemaban contra él. —¡Eh! Tú que destruyes el templo y en tres días lo reconstruyes —decían—,
Mar 15:30 ¡baja de la cruz y sálvate a ti mismo!
Mar 15:31 De la misma manera se burlaban de él los jefes de los sacerdotes junto con los maestros de la ley. —Salvó a otros —decían—, ¡pero no puede salvarse a sí mismo!
Mar 15:32 Que baje ahora de la cruz ese Cristo, el rey de Israel, para que veamos y creamos. También lo insultaban los que estaban crucificados con él.
Mar 15:33 Desde el mediodía y hasta la media tarde quedó toda la tierra en oscuridad.
Mar 15:34 A las tres de la tarde[t] Jesús gritó a voz en cuello: —Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”).[u]
Mar 15:35 Cuando lo oyeron, algunos de los que estaban cerca dijeron: —Escuchen, está llamando a Elías.
Mar 15:36 Un hombre corrió, empapó una esponja en vinagre, la puso en una caña y se la ofreció a Jesús para que bebiera. —Déjenlo, a ver si viene Elías a bajarlo —dijo.
Mar 15:37 Entonces Jesús, lanzando un fuerte grito, expiró.
Mar 15:38 La cortina del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo.
En este punto del relato de la Pasión, Jesús es una víctima silenciosa, controlada por gente empeñada en su muerte. A lo largo del Evangelio, y hasta su arresto, él estuvo a cargo de la acción. Ahora, en cambio, es objeto de la actividad de otros. Aunque era un robusto predicador itinerante, la flagelación que había recibido, sumada a la falta de alimento y sueño, lo agotaron al punto de que un extraño tuvo que cargar su cruz.
En la cruz, su ropa le fue quitada y llegó a ser propiedad de los soldados, quienes echaron suertes sobre ella para ver de quién sería (compara con Sal. 22:18).
La crucifixión era un método de ejecución que no significaba un derramamiento importante de sangre. Los clavos utilizados para fijar a una persona a la cruz (compara con Juan 20:24-29) atravesaban probablemente las muñecas, debajo de las palmas, donde no hay vasos sanguíneos importantes. Tanto en hebreo como en griego, la palabra traducida como “mano” puede designar tanto a esta como al antebrazo. La palma de la mano carece de las estructuras necesarias como para soportar el peso del cuerpo en una crucifixión. El nervio medio o mediano se encuentra ubicado a lo largo del antebrazo y habría sido aplastado por los clavos, provocando así un dolor insoportable en los brazos. La respiración era dificultosa.
Para conseguir una buena bocanada de aire, los crucificados tenían que empujar su cuerpo hacia arriba usando como apoyo los pies clavados y flexionando sus brazos, lo cual nuevamente provocaba un dolor atroz. La asfixia por agotamiento era una de las causas de muerte.
Jesús fue víctima de burlas y humillaciones tremendas durante su crucifixión. Como ya se ha visto, el Evangelio de Marcos se caracteriza por un motivo o tema teológico de revelación/secreto según el cual Jesús pide a las personas que guarden silencio acerca de quién es él. Consecuentemente, títulos cristológicos como “Señor”, “Hijo de Dios” y “Cristo” no aparecen con frecuencia en la narración.
Este elemento cambia en la cruz. Jesús no puede ser ocultado. Resulta irónico que sean los líderes religiosos quienes utilizan esos títulos para burlarse de Jesús.
¡Cómo se condenan a sí mismos estos hombres!
Una de sus declaraciones de burla se destaca. En Marcos 15:31, ellos dicen: “A otros salvó. A sí mismo no puede salvarse”. Para demostrar su punto acerca de la impotencia de Jesús en la cruz, aseveran que ayudó a otros (el verbo griego puede significar “salvar”, “sanar”, “rescatar”). Así, irónicamente, admiten que él es el Salvador. La ironía va más allá, pues la razón por la que no podía salvarse, o no quería hacerlo, era porque estaba salvando a otros.
Lee Juan 1:1 al 3 y piensa en lo que este pasaje nos dice acerca de Jesús, el mismo Jesús que está siendo crucificado aquí, en Marcos. ¿Cómo podemos abarcar con nuestra mente lo que la muerte de Cristo significa para nosotros?
Comentarios
Publicar un comentario