LA LEY COMO MAESTRA Lucas, Jorge y Billy conversaban acaloradamente en el pasillo. Había una especie de agitación en el aire y los tres la sentían. ¿Qué causaba esa extraña sensación que hacía que sus corazones estuvieran más acelerados de lo normal? -Bueno, ¿no te parece que el Jefe nos impone demasiadas reglas? -sugirió Lucas-, Lo que quiero decir es que somos suficientemente grandecitos como para saber qué hacer sin que se nos indique cada paso que debemos dar. -No sé a qué reglas te refieres -dijo Billy un poco inseguro-. A ver, dinos. -¿En serio? -dijo Lucas con escepticismo- ¿De verdad crees que puedes hacer aquí lo que se te venga en gana? -Siento que puedo hacer lo que quiero -dijo Billy, encogiéndose de hombros-. Nadie me puede obligar a hacer nada. -¿De verdad? -exclamó Lucas-. Bueno, ¿sabías que esta1 tarde nos llamaron a una reunión, no? -Sí -dijo Billy. -No vengas -añadió Lucas. -Pero -dijo Billy un tanto nervioso-, yo no quiero faltar. ¡Quiero ir! -¿Lo ves? -exclamó L...