Lección 11 | Domingo 10 de marzo UN DÍA EN TUS ATRIOS ES MEJOR QUE MIL FUERA DE ELLOS Lee Salmo 84:1 al 4. ¿Por qué el salmista anhela habitar en el Santuario? Sal 84:1 ¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! Sal 84:2 Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo. Sal 84:3 Aun el gorrión halla casa, Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío. Sal 84:4 Bienaventurados los que habitan en tu casa; Perpetuamente te alabarán. Selah El salmista “anhela” y “ardientemente desea” hacer del Santuario su morada permanente, para poder estar cerca de Dios para siempre (Sal. 84:1, 2). La presencia viva de Dios (Sal. 84:2) hace del Santuario un lugar único. En el Santuario, los adoradores pueden “contemplar la hermosura del Señor” (Sal. 27:4; ver también Sal. 63:2) y estar “satisfechos del bien de tu casa” (Sal. 65:4).